Voy a citar, un poco, la reciente reunión de afectados inmobiliarios de clase media con el Presidente Chávez, ocurrida esta semana día miércoles 26 en el Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores, en el que pude observar que en ese encuentro del presidente con ese grupo de estafados de clase media, sobresalía notoriamente el género femenino de madres y matrimonios jóvenes.
Pues, para sorpresa y orgullo de los televidentes quedo grabado en la mente de todos los venezolanos que vieron en cadena nacional la intervención de esas jóvenes damas de clase media, que la reserva moral de este país –como en efecto quedó demostrado en esa histórica reunión— crece a medida que crece una nueva esperanza y a medida que crece el rescate de los menguados valores morales. Y es tan creciente, como lo ha sido con las madres de cualquier barrio o Cerro de Caracas, una sumatoria de ejemplos y virtudes que en, ‘buena hora’, está despertando la aletargada conciencia en que nos sumieron los gobernantes de la pasada centuria.
Cualquiera de estas jóvenes madres que hicieron uso de la palabra con planteamientos claros, objetivos y con pleno dominio del verbo, harían un mejor papel que cualquiera de los ministros y funcionarios presentes en esa reunión. ¡Dejaron como un pobre gerente mentiroso y desinformado al Presidente del Banco Provincial! Quien en su condición de fiel súbdito español y abnegado colonialista, por demás irrespetuoso, grosero y prepotente con el presidente Chávez, por un tris…, sí por un tris… se quedaba sin el chivo y el mecate... ¡Cómo hubiera deseado que Chávez, además de expropiarle el banco, le hubiese aplicado aquel histórico decreto bolivariano de vieja data…, españoles y canarios contad con la….aún siendo inocentes!!
Pongo como ejemplo a estas jóvenes mujeres o jóvenes madres, porque con su valiente postura y sin alardear de ningún signo político, dieron ante el país con su firme postura y pleno dominio de sus reclamos, toda una evocación moral de lo que otrora fueron aquellas insignes patriotas venezolanas.
Pienso que estas señoras y demás estafados, ahora que están despertando de ese mal sueño que nos implantaron en el subconsciente durante muchas décadas, van a tener que hacer el debido uso de los artículos ‘protagonista y participativo’ como lo estipula la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Porque con el apoyo incondicional del Presidente Chávez, en este caso de las estafas inmobiliarias, tienen que reclamar y ejercer el derecho constitucional que asiste a todos los venezolanos por igual, y esperar de los demás poderes –caso del Ministerio Público y Tribunales— que se haga justicia y se condene a los culpables que incurrieron en esas estafas. Porque si no sucede ninguna condena y resarcimiento económico a las victimas estafadas, pues, la impunidad, la falta de ética y la galopante corrupción sin delitos ni condenados, se adueñaran del país. ¡Dios nos agarre confesados si esto llega a suceder!!
La oposición con su silencio no hace más que avalar a los estafadores, especuladores y a ladrones de cuello blanco. Y en su condición de apátridas y serviles tarifados del imperio gringo no le dan la razón a más de 100.000 familias estafadas en todo el país, que vendieron sus casas y que ahora viven del alquiler, y que invirtieron todos sus ahorros y sus esperanzas para hacerse de una vivienda. En esos ciegos opositores brota por los poros su condición y ralea anti venezolana. El individualismo del que hacen coro con el sistema capitalista que los mantiene, no hay mella ni vocación patriótica venezolanista que los haga creíble ante su pueblo.
Esos diputados opositores que recién vuelven a la Asamblea Nacional, sólo defienden sus bolsillos y mezquinos intereses, sin importarles un bledo el reclamo justo y el drama de aquellos venezolanos que se sienten indefensos, ante el acoso de los desalmados empresarios. En efecto, esos opositores con su silencio cómplice no les importan los de clase media o baja y mucho menos los pobres. No les importa que esos ciudadanos o ciudadanas tengan o no la razón; no les importa que estén apegados a derecho o que posean contundentes pruebas; no les importa que hayan sido estados por empresarios, contratistas inmobiliarios y banqueros cómplices.
El presidente, vista la gravedad del desmadre inmobiliario, declaro que las estafas inmobiliarias son y deben ser un problema de Estado.
Con razón estos traidores apátridas la enfilaron contra la saliente Asamblea Nacional, el Presidente Chávez y contra la Ley Habilitante. Sencillamente no querían que saliera a la luz pública y se supieran las recientes megaestafas inmobiliarias ocurridas en todo el territorio nacional; porque con ello convalidaban los desafueros y tramposerías cometidas por esa fauna de burgueses y oligarcas de mala reputación. ¡La olla hizo implosión, se destapo y quedaron al descubierto!!
La clase media, por fortuna está abriendo los ojos…, y parece que de una vez por todas despierta de esa pesadilla que les vendió el capitalismo salvaje.
El 2012 se les viene encima a la oposición, todos los días se le caen las caretas y no tienen con que tapar una mentira con otra mentira. Se dieron cuenta que la mentira tiene patas cortas… El caliche Goebeliano esgrimido por los escuálidos opositores no tiene cabida en la Nueva Venezuela…, La Venezuela Bonita…, desde donde se acuna, se vive y se respira el proyecto revolucionario para una mayor suma de felicidad posible…
Está saliendo a la luz la ralea y peor calaña de una fauna de engañadores, estafadores, timadores y truhanes políticos que en connivencia con empresarios y banqueros, todavía quieren que Venezuela no salga del marasmo y dominación colonialista en que fue sumida por más de 500 años.
El imperio –ese imperio genocida, mentiroso, falso y engañador— está desesperado y arrinconado. Y sus rastreros seguidores también lo están, porque las noticias emitidas por Al Jazeera (a excepción de CNN y Fox New que no dicen la verdad) de toda Europa, África y ahora del Medio Oriente, no le son nada halagüeñas. El pueblo se canso de tanta villanía y opresión y hay todo un efecto dominó a nivel mundial o despertar de conciencia, devastador para las fuerzas imperiales. Se cae estrepitosamente un Sistema Capitalista que no ha hecho más que expoliar, dominar, cercenar, asesinar y quitarle el sueño y las esperanzas a millones de seres humanos.
¡Mao, tenías razón…, se cae el Tigre de Papel…!!