Después de aquella arrechera del tal José ele (Betancourt tenía que ser) al sucesor del bravucón se le ocurrió la “maravillosa” idea de contratar paracriminales colombianos para incrementar el asesinato de campesinos pacíficos. Les salió, simultáneamente a la “acción de gracia”, el tiro por la culata: con los paracos trajeron la practica criminal del secuestro del que, como les tocó en carne propia, empezaron por culpar a Chávez. No conformes con esto, con los mismos criminales confesos mandaron a matar a Chávez.
¿Se puede
dialogar con una gente así? ¿Es posible conversar con esos grupos
que con todo el dinero que poseen, pagan las mentiras y tergiversaciones
contra el proceso revolucionario que se dio el pueblo? Además, que
sustentan en parte a la jerarquía católica, que no cristiana, para
que les avale su odio
Después del
“chasco” de los secuestros, a esos mismos personajes de Fedeagro
se les llenó el “cuarto de agua” con los paracos vía chantaje,
no les quedó otra solución que la de diseminar a esos criminales en
los barrios de las ciudades de mayor movimiento poblacional y demográfico
de nuestra Patria, con la anuencia de connotados golpistas que también
practican el chantaje y las amenazas contra los que, de momento, se
les olvide que son unos mantenidos y con una opinión comprometida.
Luego entonces,
como esos criminales no pueden subsistir sin el crimen, deben cobrar
por su “trabajo”. ¿Quién les paga? ¡Qué buena pregunta!. Estamos
colmados de preocupación y curiosidad. Diosdado perdió Miranda sin
darse cuenta que en Petare estaba el enemigo con sus alcabalas contra
los votantes. En Anzoátegui, antier no más (26-N) Tarek no se dio
cuenta que los vericuetos de Troconal llamados veredas, fueron tomados
por “gente extraña”. Se salvó Earle por estar lejos de Tronconal.
Así las
cosas y si la principal vocería del latifundio no está dispuesta a
dialogar, es señal de que continuará con su política de producción
para los grandes empresarios que, a su vez, suplen a la oligarquía
de aquí y más allá. Indicativo invariable que nos obliga a producir
en lo que tenemos de tierras aptas. Pero para incrementar aún más
la producción agroalimentaria, como con el petróleo, se hace necesario
hacer un llamado a la población (hombres y mujeres) para que les metamos
la mano a los más de 100 mil compatriotas que inscribieron sus pequeñas
predios. Ese llamado puede ir acompañado con un ¡Ven, la tierra te
llama, vivirás en una casa digna! Es que la tierra sí cumple.
Patria, Socialismo o barbarie.