Al que escribió esa barbaridad, no se si será mas efectivo (por el efecto) que lo tome en cuenta satanás con su perfume de mapurite, bicho este que le quedaría cómodo bajo la cama cuando duerma (el muralista) para que el “aquí huele a azufre” le inocule el plasma reptilico del cerebro, de manera que viva cincuenta años sin poder sacudirse el diablo caprilero de lo que le queda de razonamiento. Así podría aplaudir, con regodeo, las barbaridades lingüísticas de Capriles Radonski y ni cuenta se dará cuando la consciente burguesía, que la hay, postule otro candidato a partir del `19.
Aun cuando no creo que mente tan obtusa deduzca siquiera que Capriles Radonski, el mamita del Country, es incapaz de reconocer en el muralista del cáncer la posibilidad de arrepentimiento, no descarto del todo que la madre de sus hijos lo convenza. Capriles lo considera inferior e incapaz de ver otra alternativa presidencial que la suya, que ya no es.
Por mi parte, ser humano de la altivejez como soy, le recomiendo de buena fe al muralista del cáncer, que tenga mucho cuidado pues ese mal lo llevamos todos los seres vivos en el cuerpo bien anidadito. Si no lo molestamos con bichitos extraños, morirá también. Y si este venezolano de pura cepa deduce hasta la certeza por que el insensato escribió esa torpeza, en primera persona le digo que lloré con millones la muerte de Hugo Chávez. La pérdida del hombre que despertó a este pueblo, lo que no pudimos hacer los revolucionarios venezolanos durante 50 años. Además lo lloré porque quiso mucho a los niños y, muy importante, porque abnegado por los pobres no se percató que, precisamente, los mismos enemigos de los pobres le inocularon el mal, como al mártir Arafat por defender a los niños y niñas de Palestina.
Así que no te extrañe, payaso muralista, que como a centenares de miles o mas bien de millones de venezolanos les llegue la noticia de la malvada inoculación del cáncer al que tú le das vivas. Amanecerá y veremos a los criminales y si es por halarle las esféricas a Capriles Radonski, tendrá mucho trabajo más allá del muro.
Ahora vamos con todos los gritones que pretenden enaltecer la mentira. Detrás de eso que nos dejaron Hitler y Goebbels está la confirmación comparada en cuanto que a nuestro Jesucristo lo mataron porque luchó contra los mentirosos. Estos siempre han tenido el poder del dinero desde que le robaban las herramientas de trabajo al obrero, pagan o son dueños de los medios palangristas. Reclutaron al Hitler arruinado y le convirtieron al Fürer hasta que mataron más de 40 millones de seres humanos. A Rosemberg lo mataron porque dijo “la verdad del judío es la mentira orgánica”. Se trajeron todo el dinero de Alemania y Japón. El comendador fue Preston Bush, abuelo del asesino de Afganistán e Irak.
Por su parte, los Capriles Radonski y sus correligionarios entraron a Venezuela por Falcón. Se hicieron millonarios. El comercio mayor de Caracas es de ellos y, no conformes, se adueñaron de la industria de la construcción. Y los Capriles, en particular, contrataron abucheadores en los barrios y acabaron con los cines populares. Ahora son socios de Hollywood a través de las distribuidoras. Se sientan encima del dinero. Henrique Capriles Radonski es el hijo mimado de esa familia. No trabajó nunca, se tituló como abogado porque siempre tuvo “cubrido”, con promedio de 10 puntos. Pero sí asimiló las enseñanzas del nazista coreano (de Corea) de la organización Tradición, Familia y Propiedad difusora de la mentira y la muerte. Ojo el fascismo ya no existe desde que Hitler traicionó a Mussolini.
Para finalizar, a los muralistas del cáncer ¿comparan ustedes a un obrero como Lula Da Silva tornero de toda la vida en su querido Brasil; al polaco Lech Walessa armador en tierra también de Juan Pablo II, o a Nicolás Maduro obrero conductor de autobuses, con el mamita Capriles que no trabajo nunca jamás, y ni un hijo le dio a la Patria? Lo comparan ustedes? Ahí les dejo eso.
Patria, Socialismo o barbarie. Venceremos!
pedromendez_bna@yahoo.es
