De Cesar Gaviria a José Miguel Insulza hay una etapa curiosamente similar en la Secretaría de la Organización de Estados Americanos, ambos pertenecen a gobiernos neoliberales cuya economía es facilmente controlada desde Estados Unidos. Tanto Gaviria como Insulza tienen amplio conocimiento sobre violaciones de derechos humanos por parte del Estado, el primero fue presidente de Colombia, donde recientemente se encontró la fosa común más grande de latinoamérica, más de 2 mil cadáveres sepultados por el gobierno colombiano. Mientras que Insulza fue militante del partido Unidad Popular de Salvador Allende, y durante el golpe era asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores. Pero lo que más tienen en común Gaviria e Insulza, son sus posturas políticas contradictorias contra el gobierno venezolano, al cual parecen ver como una amenaza para el cargo burocrático que ocupan. Gaviria en su oportunidad fue abordado en Caracas por un grupo de señoras al borde de un ataque de locura para que destituyera al presidente Chávez a través de la Carta Democrática, un absurdo jurídico que Gaviria tuvo que lidiar con un tímido ¡no se puede!. Insulza, luego de fracasar en sus aspiraciones a la candidatura presidencial de su país, vuelve como secretario de la OEA, siendo uno de los más polémicos por su ambiguo comportamiento político. Actualmente, Insulza ha cuestionado la Ley Habilitante aprobada por la Asamblea Nacional, alineándose a los cuestionamientos de la oposición, en cuanto a un abuso de poder que impide el ejercicio al recién electo parlamento. La gravedad de sus declaraciones es que Insulza como Secretario de la OEA, no solo debe estar al tanto de que es un procedimiento legal, sino que además otros presidentes han propuesto leyes habilitantes y no precisamente en situaciones de emergencias, como sucedió con el actual gobierno, el cual debe dar respuestas a miles de damnificados por los desastres causados por las lluvias. Antes de pronunciarse públicamente, Insulza debe saber que a Carlos Andrés Pérez se le aprobó una Ley Habilitante en 1974 para manejar a su antojo el dinero de las arcas públicas para la industrialización del país, que posteriormente no se hizo.
Las contradicciones de Insulza son permanentes y facilitan los planes desestabilizadores de la oposición. Ello es evidente con la huelga de hambre que realizan en varios estados del país un grupo de estudiantes, quienes argumentan que en el país se violan los derechos humanos por unos supuestos presos políticos, y que por tal motivo la OEA debe presentarse en el país para evidenciar estas violaciones y facilitar la intervención de un organismo jurídico internacional. Semejante absurdo debió ser desestimado de raíz por el Secretario General de la OEA, pero lo insólito es que Insulza argumenta que no puede venir si no es invitado por el gobierno venezolano. Nunca aclara que es un funcionario al servicio de los Estados que conforman la OEA, tampoco explica que la OEA es una instancia en la que se toman decisiones a través de los gobernantes, más no el secretario. La OEA no puede pronunciarse sin autorización de los gobiernos que la conforman en cuanto a la violación o no de derechos humanos en cualquier país determinado, mucho menos el Secretario General como si fuese un vocero político cuya opinión política individual tuviese una trascendencia jurídica. La ignorancia de los estudiantes en su idiota protesta política, no es excusa para que un Secretario de la OEA se preste a semejante pataleta. Las contradicciones de Insulza son más que conocidas, pues durante el arresto en Londres del ex dictador Pinochet, Inzulsa era Ministro de Relaciones Exteriores, y manifestó públicamente su deseo de que el dictador fuese juzgado, pero trabajó arduamente para que el responsable de miles de ejecuciones en Chile, regresara al país para no ser juzgado por sus crímenes. Pronto lo veremos en CNN para comentar las noticias de los estudiantes anoréxicos.
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