Estamos
a pocos días de conmemorar un año más del dramático 11 abril de
2002, día donde tuvimos en lo personal la mayor parte tiempo compartiendo
a ratos durante casi 7 horas en Venezolana de Televisión con Jesús
Romero Anselmi colega quien en años anteriores fuera mi Director cuando
yo era Jefe de Información en un periódico de provincia y que en esa
ocasión me dio la oportunidad que me entrevistara en el estudio a las
1.36pm la otra colega María Teresa Gutiérrez.
Lo
ocurrido y vivido en esas 48 horas del 11 y 12 de abril son pasajes
que pasan lentamente por nuestra mente e igual pasará en el resto de
los y las venezolanas como una lenta película que nos marcó y nos
marcará el resto de nuestra vida. Cada quien vivenció o le tocó vivir
esas páginas de la historia donde nos quedó como lección que con
la oligarquía y el imperio no se juega, estos enemigos del pueblo se
toman muy en serio su papel y sus intereses, por eso, con las comparecencias
de las y los ministros, la oposición en su propio balance de las intensas
jornadas concluyen que jugó un papel muy triste, incoherente, mediocre
intelectualmente y sin nada que mostrar, lo cual pudiera provocar a
quienes realmente mueven los hilos detrás de las cortinas de esos y
esas ñiquiñaques de diputadas y diputados a seguir insistiendo en
atajos para impedir la consolidación del proceso socialista bolivariano
puestos que esos diputados y diputadas no garantizan las sublevaciones
de un pueblo que son los sectores reaccionares del Este de Caracas y
de algunos estados del país en unión con algunos y algunas desclasadas
y desclasados.
Consideramos
que la respuesta a esas no abandonadas pretensiones de la oligarquía
y del Imperio de buscar atajos y el magnicidio no puede ser respuestas
aisladas de un poder del Estado, esto tiene que ser el conjunto de los
Poderes Públicos quienes actúen con la orientación del pueblo, que
conjuntados, sean quienes blinden el curso del camino que tenemos que
tomar en este momento histórico.
Es
cierto, existen hechos y situaciones donde se evidencia la incongruencia
práctica de los poderes públicos, no lejos de allí está también
una Gestión Pública donde hay veces que pierde brillo en algunos escenarios
que pareciera que cada uno de esos Poderes Públicos estuvieran ensimismado
en el cumplimiento de sus funciones y responsabilidades, pero verdad
es, cada uno difícilmente pudiera cumplir sus extremos legales y su
objeto legal cuando no se actúa sumando voluntad y la razón jurídica
que le da razón en el entramado institucional del Estado y esto empaña
además, el ejercicio prístino de sus respectivas responsabilidades
para lo cual están concebidos.
En
su perfil individual, cada persona que conforma y / o representan los
poderes del Estado son personas de grandes virtudes revolucionarias
y sentido patrio; por supuesto, vemos con suma preocupación que hay
personas insertas en estos Poderes Públicos marchando en contrasentido
al alineamiento coherente del gobierno, del mismo Estado y del hilo
histórico de donde venimos y hacia donde debemos marchar, pudiera decirse
que son contrarrevolucionarios o contrarrevolucionarias que aprovechando
las fisuras institucionales se cuelan o que vienen del Estado constituido
de la llamada cuarta República y que cuentan con posibilidades de sobrevivir
de manera curiosa y esto debe ser motivo de otro artículo e inquietud
permanente de las distintas personas que ocupando altas responsabilidades
deben garantizar el devenir cierto del Estado Socialista Bolivariano.
Se
da el caso también de altos funcionarios que coquetean con la derecha
institucional y caen en su red y “gobiernan” a su merced.
Precisemos
algunos alcances constitucionales de los Poderes Públicos: En el segundo
párrafo del artículo 136 constitucional referidos al Poder Público
que sentencia: “Cada una de las ramas del Poder Público tiene
sus funciones propias, pero los órganos a los que incumbe su ejercicio
colaborarán entre sí en la realización de los Fines del Estado.”
Si revisamos el artículo 3 constitucional nos encontramos con el siguiente imperativo jurídico: “El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución.
La educación
y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines”.
Entre
los conceptos de la Política, ésta es un cálculo interactivo, planifican
los actores contrapuestos y desplegados en un escenario según los intereses
que persigan, y esto a pesar de ser un escenario del juego “democrático”
no se distancia de los principios de la guerra, según el estratega
Karl Von Clausewitz, lo cual ha sido corroborado con el devenir de los
tiempos.
Pues
bien, ha todas y todos nos constan los ataques permanentes y sistemáticos
de la oligarquía y sus partidos, alentados por el Imperio, contra la
Fuerza Armada Bolivariana, contra las leyes populares, contra la Asamblea
Nacional y aplaudiendo con frenesí el magnicidio o cualquier asonada
militar. La oposición no ha dejado de conspirar y ellos y ellas
si vienen sin piedad, sin consideración, no es casual, que sus discursos
son fascistas y antipatrióticos.
Por
lo tanto, los Poderes Públicos del Estado no debe descuidarse pero
ni un poquito así, que acompañados con el pueblo conscientemente organizado,
exaltar y apoyar la Inteligencia Social para prevenir y anticiparse
a cualquier salida precipitada y de la oligarquía y del Imperio tan
sólo por el hecho que la mayoría del pueblo venezolano ha decidido
retomar el sendero de las Glorias Patrias.
Lo
que ocurre en el oriente medio nos debe hacer reflexionar a tiempo.
Es importante, verdad?