Los 360 cuadros de los 24 equipos políticos estadales que se conformaron justificados por el método de cooptación previsto en los estatutos partidistas aprobados por el también cooptado Congreso Extraordinario del PSUV y además recogidos en el Libro Rojo representa una muestra fidedigna de lo que no se debe hacer en un partido que dice ser socialista.
Conceptualmente la cooptación política es un sistema de integración donde se incorporan miembros seleccionados por los que ya están en funciones. Comporta un sistema ambiguo, difuso, engañoso, antidemocrático que es rechazado hoy día por las organizaciones políticas porque los dirigentes en funciones aprovechan el poder de sus cargos para posicionar a una dirigencia al margen de la voluntad de las bases que mas tarde asumirán una posición sumisa para no ser desalojados porquien lo coopto.
La conformación fue un claro ejercicio de oligarquizacion de la dirigencia PSUVISTA, una contradicción revolucionaria, una práctica aparente de democracia contrario a la obligación revolucionaria de transformar radicalmente las realidades perversas de una engañosa democracia representativa a las cuales fuimos sometidos durante 40 años que pretendíamos derogar y que ahora, a juzgar por los hechos, seguiremos sometidos.
Es una muestra de nuestra incapacidad para superar las graves deshonestidades enraizado en nuestra conducta política que propicia y preserva el mesianismo, la corrupción, el ventajismo, el personalismo que irremediablemente y sin sorpresas nos lleva a la descomposición, podredumbre y desaparición de nuestro novel partido.
Cooptar los cuadros políticos estadales es ni más ni menos coartar el derecho natural de la base del PSUV a elegir a sus dirigentes quienes posteriormente querrán ser elegidos en las diversas contiendas electorales echando mano, una vez más, del chantaje de la disciplina partidista y reprochar la debilidad político ideológica de los militantes.
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