Desde los primeros pasos de la revolución en el ámbito político, los sectores mas poderosos de la oligarquía nacional vieron frustrados sus intereses y una tendencia irreversible, a perder progresivamente privilegios pactados cronológicamente cada quinquenio entre caimanes del mismo pozo: AD y COPEI. Ahora bien, con toda una poderosa estructura mediática a su servicio, con parrillas exclusivas para vender sus productos capitalistas en encadenamientos glamorosos y groseros de propagandas televisivas y radiales, lograron mantener a un pueblo engañado tantas veces por tanto tiempo, sin que nadie se quejara por la basura subliminal implementada a discreción, en contra de la mentes de Pedro Pérez, Doña Julia y su retoño.
Ese despertar del gigante dormido, como tenía que suceder cada 100 años cuando despiertan los pueblos, no solo que despertó en un bicentenario, sino que difícilmente lo volverán a adormecer los vende patrias de ayer, de hoy y de siempre. Lamentablemente 11 años de revolución no es suficiente y el camino hermoso hacia el socialismo, apenas comienza a dar sus primeros pasos en una sociedad plagada de viejos vicios, donde la cultura de: “No me den, pónganme donde hay”, “Con los adecos se vive mejor, porque roban y dejan robar”, “Yo si soy un cachorro del imperio” y el peor de todos…” Mientras esté ese loco, vamos a aprovecharlo”, como es muy común escuchar en las instituciones del estado, en los mercales, pdvales, en las misiones como la Sucre, Ribas y tantas otras bondades de esta revolución.
Estos compatriotas logran integrarse a estos sublimes espacios, beneficiándose en escenarios impensables en la cuarta república, en lo económico, lo social, lo político, lo cultural, lo educativo y sin embargo despotrican del socialismo intrínseco en su esencia. Así vemos oponerse tozudamente a reformas en el sistema educativo, diciendo que militarizarán a sus hijos, cuando muy por el contrario, de lo que pregonan los dirigentes de la derecha nacional e internacional, el glorioso ejercito venezolano cambió hace rato las armas de guerra, por la balanza de un mercado popular abierto, la pintura y la brocha en un salón de clase o la enseñanza de una formación ciudadana, que da el ejemplo junto al pueblo en cualquier actividad en tiempos de paz o en emergencias naturales, como las vividas por el país.
Estando en la misión Sucre, por ejemplo se niegan descaradamente a cumplir con el curriculum bolivariano, porque odian a Chávez, no hacen trabajos comunitarios y lo mas triste de todo, es que mucho de los profesores y alumnos allí formados, votaron contra el presidente o simplemente se gradúan en lo que no creen, con la firme convicción de seguir saboteando cuanto esfuerzo provenga de las ideas liberadoras de Simón Bolívar, Sucre o Ribas. Y me queda corto el espacio para seguir desnudando esta realidad, pero que seguiré denunciando en el siguiente escrito de “Hablemos a calzón quitao”.
Patria, Socialismo o Muerte….Venceremos