Politiporrazos

La octava palabra

Durante toda la Semana Mayor 2011, encabezados por un Monseñor que desdice de su condición de máxima autoridad católica en Venezuela, la desestabilizadora dirigencia se dedicó a influir politiqueramente en la feligresía. Por instrucciones de su cúpula que nunca ha desmentido, ni mucho menos ha hecho mea culpa por su participación sonriente, satisfecha, desafiante y antipática en el golpe de estado de Abril 2002, han permitido usar púlpitos y circunstancias como propaganda opositora. La CEV que ha pasado de Conferencia Episcopal Venezolana a C E V -Comunidad Engañosa y Venenosa-, vuelve a darle la espalda a su pueblo sin propósito de enmienda o penitencia, perjudicando con sus acciones al catolicismo en su credibilidad, aunque justo es decir que pese a su comportamiento contrario a Cristo prestando capillas, templos, iglesias y basílicas al lenguaje opositor, el pueblo mayoritario continúa su costumbre ignorando la ostensible disminución de membresía cuantitativa católica en el país, a consecuencia de actos nada conciliadores. Venezolanas y venezolanos por millones siguen practicando la fe, la humildad y el verdadero sentir cristiano, apreciando inteligentemente la forma en que la colectividad recibe mayor justicia por la repartición de los panes y los peces, que en nuestro caso viene a ser – a DIOS gracias-, el erario proveniente de las ganancias petroleras. Monseñores y ciertos Curas o Sacerdotes, se dedicaron desde el Domingo de Ramos a inventar en toda la Semana Santa un rosario de hipocritócratas discursos, comparando la Venezuela anterior a 1999 presentándola como la Venezuela buena y con pésimas intenciones descalificando la actual patria soberana, dejando la impresión en sus mensajes farisáicos, que en estos momentos habitamos una Venezuela mala. Tamaña desconsideración y mentira se cae sola por los alcances de la política social bolivariana, que permite mejor y mayor atención a la educación pública y la salud, el combate a maffias capitalistas salvajes que estafaban con casas y apartamentos, o aplicarle la Ley a usureros de la banca delincuente. A los Obispos los delata su lenguaje obedeciendo al Monseñor Primado que habla de falta de empleo, sin hacer mención al esfuerzo oficial por atender damnificados, movilizar funcionarios de protección civil ante nuevas lluvias no sólo en Venezuela sino en Latinoamérica y el mundo, afirmando desde la comodidad de un estudio de televisión que la inseguridad es porque ahora hay más desempleo, demostrando este Purpurado de la iglesia católica, el tamaño Cardenal de su ignorancia informativa, porque desconoce cifras del escaso desempleo en nuestra patria, admitidas y comprobadas por entes internacionales. A menos que este político ensotanado de cara amargada y sin su anterior sonrisa sibilina no crea en la ONU…, quizá porque en estos momentos las Naciones Unidas mandan a bombardear pueblos en el mundo a fin de imponer el capitalismo mercantilista con la excusa de proteger “inocentes civiles”, aunque sus bombas inteligentes se equivoquen y asesinen niños y universitarios, hombres y mujeres de cualquier oficio, profesión o condición social, ante la complicidad de la derecha eclesiástica Vaticana, que por cierto casi nunca menciona a la jerarquía venezolana, que en la Semana Santa 2011 dejó atrás el verdadero culto a las siete palabras de la tradición del Cristo redentor, sustituyéndolas por una sola que les gusta y no lo ocultan, la octava palabra en Venezuela, C O N S P I R A C I O N.

luissanchezibarra@hotmail.com


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Luis Sánchez Ibarra


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