Carta para Ud., camarada Mari Pili Hernández

En hora buena, esta nueva responsabilidad suya como Ministra del P.P. para la Juventud, ya está convertida en un reto para vencer ahora, pues, no queda otra oportunidad para garantizar la Reelección Presidencial en el 2012, de allí que, quienes suscriben, se permiten poner en sus manos y conocimiento, una reflexión intencionada y sincera, si, no es otra que la muchachada venezolana hoy, sea realmente la garantía de continuidad y consolidación de la Patria Socialista del futuro ofrecida por el Comandante Chávez al Pueblo de Venezuela.

Con estas líneas queremos, o más bien, deseamos, como seguro piensa y anhela la gran mayoría del pueblo chavista, que el éxito sea la constante en las acciones del ministerio, razón que hace sumamente importante y por ende obligatorio, pasearse por las dificultades y experiencias presentadas durante las gestiones u omisiones, en las que cayeron quienes dirigieron el fulano Instituto Nacional de la Juventud, que, a pesar de haber contado con todo el respaldo y motivación del propio, Presidente Hugo Chávez, no supieron, no pudieron o tal vez no quisieron, estimular, mas bien mantener para organizar, el espíritu de lucha que ha caracterizado, y usted lo sabe bastante bien, a los jóvenes venezolanos durante todas las etapas históricas, hayan sido estudiantes liceístas o universitarios, campesinos u obreros, artistas o intelectuales, hombre y mujeres, bien sea en las aulas, en las calles o en las cárceles pese a las perspectivas de amenazas y riesgos en muerte prematura.

Tan es así, y de allí, seguramente, es de donde sale la creación del Ministerio, que, sin hacer un gran esfuerzo, nos damos cuenta de la situación de desorientación política en la que se encuentra una parte importantísima de nuestros muchachos y muchachas, tanto, que por primera vez se presenta un contrasentido antehistórico en la juventud, muy a pesar de las arengas presidenciales estimulando valores de la solidaridad, el amor y la fraternidad, de la convivencia como parte de los sentimientos humanos hacia el colectivo, como ayer lo practicó su generación y la nuestra, cuando, con toda responsabilidad protagonizamos y acompañamos luchas estudiantiles y populares en general; mientras hoy, nuestros jóvenes son presa fácil de la voracidad capitalista que los impulsa a un inusitado desprendimiento del compromiso social y comunitario sin precedente en la historia, llegando al colmo de inducirlos al consumo de banalidades sin sentido, para colocarlo por encima del prójimo. Igual y lamentablemente tenemos que admitirlo, las drogas, legales y/o ilegales que matan espíritu juvenil, se han convertido en el insumo disociador permitido y de primer orden, que mas atenta contra la estabilidad emocional, intelectual, familiar, social y por ende de la Nación entera; revisemos las páginas y pantallas de medios de comunicación y veremos a jóvenes en las cárceles o cementerios, asesinados o asesinos de disparos en las barriadas o urbanizaciones, o en las calles o autopistas en accidentes de tránsito sin distinción de clases, el elemento común, las drogas en sus distintas modalidades y origen, después de engordar más aun las arcas de los facinerosos capitalistas.

Camarada Mari Pili, desde hace un tiempo hemos estado, como seguramente lo han hecho bastantes hombres y mujeres, padres y madres, educadores y estudiantes pre y ocupados, planteando una problemática que afecta fundamentalmente a la juventud liceísta de nuestros colegios públicos, y que está facilitando el alejamiento (deserción) de jóvenes del sistema educativo necesario y formal, generándose así, en algunos casos emigración hacia los liceos privados o simplemente, hacia el trabajo de la calle en situación de explotados, o tal vez, a ser victimas o victimarios en manos del hampa.

 Lo dicho se corrobora en el hecho de que en los últimos tres años del proceso revolucionario, en los ciclos diversificados más referenciales y con más capacidad física en todo el estado Carabobo, desde donde le escribimos, tales como: Enrique B. Núñez, Pedro Gual, Martín J. Sanabria, los Guerra Méndez, Felipe N. Pulido, J. G. Ponce Bello, Alejo Zuloaga, Francisco G. Guinán (E.T.I.), por nombrar solo algunos de Valencia, la matricula de estudiantes, ha venido mermando en hasta un treinta por ciento (30%), donde, entre otras consecuencias, se ha venido presentando un incomprensivo espiral de violencia que rodea a los jóvenes sin que se le busque las causas verdaderas y alternativas de solución, a pesar de los lineamientos gubernamentales para garantizar la inclusión de los hijos del pueblo al negado cuartorepublicano derecho al estudio, por el contrario, a los muchachos prácticamente se les empuja a dejar los estudios, para hacerlos creer, que vendiendo mariqueritas (disculpe el término) en busetas y autobuses, o simplemente mendingando, procuran y consiguen el dinero sin mucho esfuerzo, bastante y de inmediato, alienados por la ganancia para el consumo de baratijas impuestas desde el perverso mercado capitalista.

 Ahora,  ministra, desde su nuevo rol, nos permitimos sugerirle, desde esta trinchera, que no desatienda esta realidad, utilice todos los medios a su alcance y más allá, para revertirla; no permita que la burocratización, el oportunismo, el sectarismo, el personalismo, la corrupción y la impunidad, entre otros nefastos vicios, que han corroído el alma de algunas importantes instituciones nuestras, se muevan entretelones y la alejen de los jóvenes, porque solo así, la Patria estará segura que se va a garantizar el futuro socialista de la República Bolivariana de Venezuela, como lo ha advertido el propio camarada, Comandante Chávez,.
Por ahora, como militantes revolucionarios y del Partido Socialista Unido de Venezuela, asumiendo nuestra responsabilidad, devenida esta de la inquietud y el deseo que se entrelazan en el ineludible compromiso con la Patria, colocamos a su disposición, aprovechando estas páginas de Aporrea y correo personal para el contacto, algunas ideas y propuestas concretas, que en materia de juventud, han sido trabajadas en distintos espacios comunitarios.

En espera de una oportunidad para ser escuchados,
 

gusclaret@hotmail.com

(*) Abg.
 

Valencia – Carabobo


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Gustavo Vásquez y Olga Rojas (*)


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