Nuestras vías se cubren de sangre con la indolencia de quienes dirigen esta materia. Soy de aquellos que ha venido anunciando, que es necesario que, las autoridades requieran de la implementación de controles de velocidad en las unidades de transporte público, llamase autobús o camiones de carga. En efecto desde ya casi más de 30 años, me he dado a la tarea de trabajar este campo de seguridad vial y hemos producido dispositivos de controles que permiten detectar al infractor por exceso de velocidad y a la vez sancionarlos, de manera que se vaya creando en el colectivo usuario, la necesidad de que no se corra en las carreteras.

Actualmente muere una persona cada 75 minutos como resultado de un accidente de tránsito.

Se habla de la inseguridad, pero no se trata con seriedad, lo que se corresponde con materia de seguridad vial.

En el anuario del año 2.008, de Mortalidad del Ministerio de Salud,  las cifras se conduelen con las que he citado, en consecuencia, ya son muchos los expertos que hablan de ello, pero en realidad, no se observan planes seguros y certeros para bajar esa alta siniestralidad vial en nuestras carreteras.

Para muchas estadísticas los accidentes de transporte, constituyen la segunda causa de muerte en nuestro país, siendo superada solo por homicidios.

Ya venimos oyendo, vistos los resultados de los accidentes desastrosos en nuestro país, que Venezuela,  ocupa el quinto lugar mundial por muertes ocasionadas por accidentes viales.

En muestras tomadas de investigadores de esta materia,  de aproximadamente 83 países, se tiene que la tasa de mortalidad por accidentes de tránsito, es de 21,3 por cada 100.000 habitantes, siendo Lituania la más alta con 29,9 por cada 100.000 habitantes.

Por otra parte, observamos  que el segmento poblacional más afectado,  lo es el segmento juvenil, cuyas edades oscilan entre los 19 hasta los 25 años, en este sentido ocupamos el 15º lugar de todo el mundo y el segundo en Latinoamérica. Se tiene que la tasa es de 22,6 casos por cada 1000.000 habitantes.

 Venezuela pierde una porción importante de su población en etapa productiva. Deja secuelas por estos accidentes que incrementan los costos y baja la productividad

La Policía de Tránsito no es respetada y ello es producto de la falta de interés político, en darle a esta institución, la sobriedad e importancia. Ello es un factor importante para la ocurrencia, ya que de mantener la población, cierto respeto hacia estas autoridades, la cosa seria otra.

El Sociólogo Jorge Días Polanco Coordinador de Observatorio Venezolano de Salud afirmó que “la mortalidad por accidentes de tránsito en el país adquirió el nivel de una epidemia”.

Por otra parte indicó éste, que, además de las muertes y lesiones producidas directamente por las colisiones, los volcamientos y arrollamientos, ahora se está viendo con frecuencia que los choques simples generan disputas entre los conductores que a menudo finalizan con personas muertas o heridas.

Nuestra revolución requiere la protección de todos quienes transitamos por las vías y carreteras de nuestra república, ya debemos dejar de ver accidentes desastrosos que solo envuelven nuestro espíritu en sombras y miedos.

Por ello siempre he afirmado que debemos controlar la velocidad con mecanismos o dispositivos electrónico, no con los benditos radares que solo son un negocio, ni con puntos de controles, sino con dispositivos serios certeros y capaces de detectar inmediatamente en cualquier parte del territorio al infractor por exceso de velocidad y sancionarlo inmediatamente. Abarcar todas nuestras carreteras de funcionarios de transito sería un imposible, deberemos meter un policía en cada vehículos de manera que sanciones a quien cometa esta grave delito y ello solo lo lograremos con la implementación de los sistemas de controles de velocidad vial incorporados a cada vehículo de carga y colectivo. Seguiré en otra oportunidad dándoles más información al respecto de manera que las autoridades de tránsito se avoquen definitivamente y con seriedad a desarticular esta grave epidemia. Es mi humilde colaboración como miembro de PSUV.