Ley de Costos y Precios Justos ¿Es realmente lo que queremos?

Los Problemas se presentan, aun cuando las necesidades son virtualmente ilimitadas, los instrumentos a su disposición para satisfacer esas necesidades, es decir los recursos, son escasos. El problema de escasez de los recursos y necesidades ilimitadas es a lo que se enfrentan, en mayor o en menor medida, todos los habitantes del globo terráqueo. La economía es el estudio de cómo la gente decide asignar sus recursos escasos para producir, intercambiar y consumir bienes y servicios en un intento por satisfacer sus ilimitadas necesidades. Los recursos se pueden dividir en 4 grandes categorías. Tierra, Trabajo, Capital y Habilidad Empresarial. Los tres 3 primeros son hartos conocidos, hablemos de la “Habilidad Empresarial”; esta condición se parece mucho a una destreza humana. El verdadero empresario intenta descubrir y aprovechar las oportunidades de rentabilidad, contratando recursos y tomando riesgos (en Venezuela no vemos esto) del negocio. A los dueños de los recursos por lo general se les paga por su tiempo, y sus recursos son empleados por los empresarios. A los dueños de los recursos se les paga renta por su tierra, salarios por su trabajo e intereses por su capital. El esfuerzo empresarial es premiado por la ganancia, que es la diferencia entre el ingreso total de las ventas y el costo total de los recursos empleados. El empresario toma ese residuo después de pagar a quienes ofrecen sus recursos. Algunas veces el empresario sufre perdida, pero este no es el caso del “empresario” venezolano que vive como un “pascha”, por la maximización de ganancia que aplica en el sistema de economía de mercado venezolano.

Hasta aquí todo es muy sencillo, pero para completar esta introducción inicial, definiremos lo que es un Bien; Un bien es un servicio que demande recursos para producirlo y se usa para satisfacer una necesidad. Un bien o servicio es escaso si la cantidad de gente que lo desea excede a la cantidad que está disponible a un precio cero. Solo algunos bienes y servicios son considerados como gratuitos porque la cantidad disponible excede a la cantidad que la gente desea.

Nuestro problema, como muy bien lo dijo Giordani, es que las “necesidades de los venezolanos son infinitas y los recursos para satisfacer esas necesidades del pueblo son muy pocos”. Por lo tanto los análisis económicos las normativas y regulaciones deben hacerse con mucha seriedad, sino se hace cuidadosamente, puede resultar en conclusiones erróneas. Cada país según su economía debe contestar tres preguntas fundamentales: 1) ¿Qué bienes y servicios deben de producirse? 2) ¿Cómo se producirán? 3)¿Para quién se producirán?. Estas interrogantes se habrán de hacer desde cualquier sistema económico extremista es decir: Capitalismo y la Economía  Centralizada. Del sistema capitalista el cual todos conocemos sus fallas podemos decir que sus principales aberraciones son: 1)Las reglas de juego incluyen la propiedad privada de todos los recursos y la coordinación de la actividad económica basada en las señales de precio de mercados libres sin restricciones.2)Los productores intentan monopolizar los mercados internos para eliminar la competencia.3)Los productores son libres de hacer y vender cualquier producción que piensen es la más beneficiosa para maximizar sus ganancias.4) Todas las compras y ventas voluntarias se coordinan por los mercados sin restricciones.5)La gente sin recursos para comprar o vender, puede morir de hambre. La Economía Centralizada tipo antigua URSS o Cuba ( en plena evolución hacia otro tipo de economía), también presenta sus fallas: 1) El fenómeno de “Papá” estado.2) En la administración de recursos, algunos pueden desviarse y acarrea ineficiencia y corrupcion.3)Debido a que nadie es dueño de un recurso en particular, la gente tiene menos incentivos para emplearlos a su máximo valor de uso.4)Planificación centralizada, donde elecciones individuales  representan y anulan las elecciones colectivas.5) Cada individuo tiene menos libertad personal para hacer elecciones económicas. Hasta aquí todo está muy claro; El Socialismo del Siglo XXI no debe estar en ninguno de estos dos extremos.

Nuestra Constitución habla de un sistema de economía mixto, donde lo privado existe, y la regulación del estado también. Este sistema de economía mixta ocurre en los USA, “edén de los escuálidos”. En los EEUU hay una representación de una “Economía Capitalista Mixta”, el gobierno tiene más de una tercera parte de la actividad económica, y lo que duele tanto a los candidatos de la MUD sin poder decir nada, es que en los USA, el gobierno regula al sector privado en una variedad de maneras, desde los abogados en ejercicios, hasta los barberos y peluqueros. Entonces porque nosotros no podemos hacerlo. ¿Porque los opositores de la MUD y sus cagatintas que adoran a los EEUU, se oponen a cualquier asomo de regulación por parte del gobierno bolivariano?. De hecho nuestra economía podía ser una “Economía Socialista Mixta” bonito nombre.. No creen?.

Después de este largo preámbulo, entremos de frente a la “Ley de Costos y Precios Justos”. Venezuela tiene un problema en el sentido económico. Sigue siendo un país mono productor, herencia desde tiempos inmemoriales. Tiene una economía rentística petrolera, y con la guinda de la torta que nos hemos acostumbrado a tener un Paternalismo de Estado in extremis. Los entuertos económicos dejados por la partidocracia de la IV lo estamos pagando. Nuestro aparato industrial esta mermado, en tiempos de adecos y copeyanos, solo un grupito de oligarcas fueron los destinados de montar fábricas, industrias, periódicos, televisoras, radioemisoras, cines, teatros, restaurantes, clubes, universidades, escuelas, clínicas, etc. Un pequeño sector de familias burguesas domina todo el espectro económico, aun con las nacionalizaciones efectuadas puntualmente por la Revolución. La electricidad, telecomunicaciones, el hierro, el acero, las minas, el cemento, las piedras, todo eso estaba privatizado, hasta el petróleo querían privatizarlo, menos mal que la Revolución Bolivariana empezó a nacionalizar y a parar privatizaciones. ¿Pero que podemos hacer si aún hay resquicios de la Economía de Mercado y de un Oligopolio grosero en nuestro país?. ¿Una Ley de Costos y Precios Justos es la Solución?. ¿Esta ley traerá más producción, mas creación de empresas, más empleo productivo y menos inflación, o más bien penurias para el pueblo, y más ganancia para los industriales?. Tratemos de analizar esto.

Nuestra pequeña economía, en el sentido de la producción de bienes y servicios necesarios para satisfacer la demanda y las necesidades del pueblo, no tiene muchos productos para escoger. En Venezuela existe un oligopolio económico y en algunos casos Monopolio, sin olvidar los carteles, estos grupos casi todos reunidos en fedecamaras, se unen para planificar sus producciones de tal manera que el “costo marginal es igual al ingreso marginal” Esto daría la maximización de la ganancia, produciendo solo lo necesario para obtenerla. De aquí viene la respuesta del “desabastecimiento de rublos necesarios”, que aun los industriales produciendo pocas unidades, tienen máximas ganancias. Nunca los empresarios reunidos en los carteles se “pisaran la manguera”, Fedecamaras producirá bienes y servicios hasta que el “ingreso marginal no sea superado por el costo marginal”, esto es así en una Economía como la nuestra, es falso que los empresarios venezolanos quieran producir más. Venezuela no tiene competitividad de productos, hay una gran cantidad de marcas, pero casi todas reguladas por los carteles, y a veces muchas de esas marcas son producidas por una misma compañía. Una Ley como la que estamos analizando puede correr la suerte de ser manipulada a beneficio de los Industriales y en descredito del pueblo. El precio en una economía perfecta debe ser dado por la oferta y la demanda, pero en un país como el nuestro no están dadas las condiciones por ahora para utilizar esas variables. Los agentes económicos venezolanos tienen mucho poder de decisión tras bastidores, por eso el pueblo debe estar alerta siempre. La ciudadanía es uno de los factores más regulatorios de la economía, un colectivo consciente no se deja manipular por empresarios inescrupulosos. Cualquier industrial que venda un producto a precios estrambóticos o más altos que otros, no podrá vender su producción. Eso pasa en países industrializados como Gran Bretaña y Francia, donde los productores fraudulentos deben vender sus productos a mitad de precio en zonas específicas para por lo menos cubrir los costos. El venezolano debe instruirse y reclamar cualquier alza desmedida de precios de cualquier producto.

Hay que estar claros, la “Ganancia Económica” es diferente a la “Ganancia Normal”, la económica es igual al ingreso total menos el costo de oportunidad total, incluyendo los costos explícitos y los implícitos, el costo implícito es el que incluye los recursos que tiene la empresa; la ganancia económica es toda aquella que este por arriba de la ganancia normal, y aquí está el meollo del enriquecimiento de los dueños de los modos de producción. Las empresas perfectamente competitivas no controlan el precio, pero si la cantidad de lo que produce, es decir la tasa de producción, ahora bien ¿cuál es la tasa de producción que permite la máxima ganancia económica?, ¡¡seria aquella que encuentra la tasa de producción que hace que el ingreso total menos el costo total resulte tan grande como sea posible ¡¡ y esto lamentablemente no se realiza aumentando la producción. Esa es la paradoja que tenemos con nuestra pequeña economía rentista.

En nuestra economía de mercado, las empresas están acostumbradas a producir al nivel de producción en que el costo marginal es igual al ingreso marginal, y esto querido lector, es la maximización de la ganancia económica. Ningún empresario venezolano y extranjero en nuestra tierra quiere obtener ganancias normales, sino económicas, y esto repercute en desabastecimiento y alza de precios. La Ley que se aplicara a finales de año, contempla el costo justo, esto implicara revisión de costos fijos y costos variables, el variable es el que nos importa, ya que tiene que ver con el nivel de producción. Una empresa sin producir nada, su perdida será su costo fijo, y está perdida se minimiza cuando empiece a producir unas cuantas unidades. Una empresa en competencia perfecta (no es el caso nuestro, porque hay pocas empresas, y forman un cartel en sus diferentes ramos, para poder presionar los precios hacia arriba y obtener ganancia económica) no controla el precio del mercado, a veces el precio es tan bajo que ningún nivel de producción podría generar una ganancia, esto a veces sucede en la industria automotriz, que temporalmente cierra sus puertas hasta tanto los precios suban algunos escalones.

Como ven, la cuestión es compleja. Nosotros pensamos que el mercado industrial venezolano debe de crecer internamente y con capitales nacionales y foráneos honestos (que deben existir) que inviertan en el país en industrias de diferentes ramos, así la competitividad regulara el precio. Las nuevas industrias que compitan en nuestra economía obligaran a reducir los precios, al grado de que las empresas solo obtengan una ganancia normal¡¡. Solo con inversión nacional y foránea, con capacidad tecnológica, con un pueblo formado para el trabajo científico, industrial, artesanal, agroindustrial etc., podemos abaratar los costos y por ende bajar los precios y la inflación. Una última acotación, sería la de tratar de minimizar el “Sobreprecio” de pequeños vendedores y artesanos llamados buhoneros. Esta estrategia llamada “Valoración a Costo Total”, que es un método para determinar el precio de un bien agregando un porcentaje de sobreprecio al costo variable promedio, es utilizado empíricamente por pequeños artesanos, mini abastos y bodegas, quizás con una pequeña enseñanza sobre puntos básicos de economía a estos sectores podríamos crear conciencia y evitar la especulación que cometen y que muchas veces ignoran.

Lo cierto es que nuestra economía de consumo oligopólica esta tan incrustada en nuestras mentes, que a veces no nos damos cuenta cuando compramos algo que no necesitamos, o que preferimos comprar algo que esta con sobreprecio, aunque a tres cuadras hay un mercado popular, ni decir cuando preferimos hace un mercado a media noche en un Kromi Market, porque hay poca gente, aun cuando los precios estén por las nubes. Si no cambiamos nosotros mismos, es difícil que una Ley de Costos y Precios Justos consiga su cometido.

Bibliografías consultadas; varios Libros sobre Macro y Micro Economía

Saludos Cordiales

pedro2.patino@gmail.com

venezuelaeconomicaypolitica.blogspot.com 
 
 


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Pedro Patiño (Red Bolivariana)

Químico, Investigador de Asuntos Económicos e Históricos, Analista Político, Eco socialista y Bolivariano.

 pedro2.patino@gmail.com      @pjph

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