Se habla de la Era de la Tinieblas producto de una explosión de hambre. La Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación muestra datos alarmantes: “En Asia y el Pacífico se calculan que unos 642 millones de personas sufren hambre crónica. 265 millones en África subsahariana. 53 millones en América Latina y el Caribe. 42 millones en África del norte y Oriente medio. 15 millones en los países desarrollados. Un fantasma recorre el planeta: el fantasma del hambre.
Canadá. Año 1995. La consigna contundente: mundializar la solidaridad. La Federación de Mujeres de Québec realizaría una marcha con el nombre Pan y Rosas. 850 féminas emprendieron un relamo justo contra la pobreza y hambre. El movimiento se multiplica y logra reunir a 5 mil mujeres. Un Octubre, en los albores del siglo XXI, 20 mil mujeres entregaban al secretario de la Naciones Unidas 5 millones de firmas. Las reivindicaciones se recogieron de todo el mundo. “La Marcha Mundial de las Mujeres es hoy un movimiento conformado por seis mil grupos procedentes de 164 países”. Otro mundo es posible.
La cifra de hambrientos en el mundo, entre los años 2000 al 2008, aumento en 16 millones de seres humanos para colocarse en 873 millones de personas que viven en situación de hambre. Entre tanto, el precio internacional de los alimentos básicos aumento en un 60 por ciento. El 15 por ciento de la población del mundo sobrevive en estado de desnutrición. En términos absolutos, mil millones de seres humanos andan subalimentados. Se habla de la crisis silenciosa del hambre. Una verdadera pandemia.
La Carta Mundial de la Mujeres tuvo su génesis en Sao Paulo. Esta misiva ha transitado más de 60 naciones. Cada 17 de Octubre, Día Mundial para la Erradicación de la Pobreza, las damas emprenden la Marcha Mundial de las Mujeres.
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