Socialismo Productivo y la Educación Universitaria

Transición, Transformación y Territorio

Transición, transformación y territorialización; tres grandes desafíos de razones variadas y disímiles. De mutua interdependencia entre ellos y que por sus propias naturalezas, son razones que interactúan entre sus componentes y nos proporcionan un carácter multi-relacional en sus dimensiones. ¿Que tanto no pudiésemos decir de tales interrelaciones?; Se resume: las agendas y tareas para re-direccionar el proceso revolucionario bolivariano son de carácter complejo, en especial el socio-productivo.

Esta tamaña tarea de reordenar el aparato productivo, nos cuesta verla; entenderla y al parecer debe ser tratada con la visión del pensamiento complejo.

La compleja realidad es, que NO PODEMOS seguir actuando con la mentalidad y la forma de pensar que nos ha inculcado la renta petrolera y el neoliberalismo económico que nos sigue dominando. El histórico quiebre u agónico estado de la economía mundial actual; una vez más nos confirma, que ese modelo de globalización unidimensional y todo lo que arrastra el pensamiento industrial desarrollista han fracasado. Los estilos impuestos de producción de otras sociedades, anclados en sus bases científicas y tecnológicas; las perversas ansias de la cultura del compulsivo consumo y todo lo que orbita en nuestra mentalidad individual lineal-egoísta-burguesa, ineludiblemente tiene que cambiar por otras alternativas de hacer vida social y producir sustentable-mente, para encaminarnos progresivamente en nuevos estilos de organización de nuestra sociedad.

Para cambiar radicalmente nuestro pensamiento, nuestra forma de ver las realidades y de actuar, necesariamente debemos auto-formarnos; formarnos y activamente apoyar procesos educativos y formativos. No podremos avanzar en la transformación sin asumir la transición en nuestra manera de hacer las cosas. El pensar-sentir-crear-actuar permanente-mente sobre nuestras conductas y condiciones de cambio en nuestro espacio y en la dinámica territorial que convivimos, es la inmediata tarea por asumir. Es decir que cada actor, sujeto, familia y comuna debe alinearse con el buen sentido estratégico e irse adecuando y apropiando de la complejidad social en la que se asume vivir.

En el buen sentido estratégico que el proceso revolucionario venezolano exige y apuntando a la razón de la complejidad, las más altas autoridades del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria liderizada por su Ministra Yadira Cordoba, a nivel nacional, vienen modestamente invitando a los más diversos sectores sociales a un debate sobre la transformación universitaria. Su gran objetivo: como revolucionaria-mente debe ser; es apoderarse del direccionamiento ideológico y político académico e investigativo del hacer universitario nacional.

La propuesta de transformación que promueve la vanguardia del MPPEU se asienta en la interacción e interrelación por lo menos de las siguientes aristas:

El proceso educativo que se asume, tiene una relación y compromiso directo con la sociedad, con un fundamento ético, el cual sea el soporte-motor de la integración socio-educativa y de verdad, transforme nuestra mentalidad rentista-consumista-lineal a una mentalidad participativa, de naturaleza productiva-sustentable-de capacidad y calidad-colectiva-polivalente. En otras palabras el hecho educativo va mucho mas allá que el mero hecho de educar. Tenemos que educarnos y formarnos para seguir formándonos y educándonos permanentemente para la vida y el trabajo que nos toque desempeñar.

La arista de la integración socio-educativa acoplada a la territorialización de las universidades, necesariamente, debe observarse desde lo que implica, la actual dinámica del territorio. Lo resumimos, en el nuevo orden ambiental territorial que se exige implementar. De la arista ambiental, deben salir nuevas ideas o líneas de formación de nuestra propia realidad socio-ambiental-territorial. Debemos aprender a sensibilizarnos y concienciar-nos en la profesionalización de la formación ambiental para nuestras universidades. Ello, naturalmente impulsa un nuevo orden social, productivo y sustentable, lo cual incluye a todos, como parte de su esencia vital. La formación y el trabajo como procesos-resultados de reflexiones-acciones co-responsables, deben responder a los desafíos de la preservación del espacio vital comunitario o comunal y de la creación de relaciones productivas que atiendan el sentido de justicia que nos proponemos como nación.

Este nuevo direccionamiento político académico que han echado andar la Ministra Cordoba y su equipo, nos motiva a iniciar un proceso que avance en la creación de nuevas carreras universitarias a futuro que tiendan a materializar la imagen-objetivo en la construcción para el socialismo de siglo XXI. El Socialismo Productivo, podemos apreciarlo entonces desde otra perspectiva: garantizar las condiciones para la formación de profesionales para superar las tantas limitaciones ambientales y socio-productivas existentes, y sustentar las potencialidades de nuestras eco-bases naturales y socio-bioregiones muy bien definidas. Estas, se identifican, hacen vida productiva, social y cultural, en la dinámica del espacio territorial en que ellas se dinamizan. Se trata de avanzar en una autentica visión de formación integral para la vida común y productiva. Principio rector establecido en el Articulo 3 de nuestra Constitución. Reza:

  “El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución. La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines.”

Con el mismo rango de importancia, desde lo histórico-concreto, se hace insostenible el planteo de procesos productivos que, desde sus aspectos relacionales, no atiendan el sentido de justicia social -y ecológica- que mana desde nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. El Socialismo Productivo Venezolano, y cualquiera de las iniciativas que en él se planteen, debe fundamentarse en relaciones que superen definitiva-mente los esquemas de explotación de la sociedad actual y desarrollen el trabajo como resultado de un proceso socio-productivo co-responsable de sujetos liberados.

Es necesario enfatizar y necear las veces que sea necesario sobre la presencia de la arista ecológica; de la cual estamos seguros, que la dirigencia del MPPEU lo tiene claro. El debate ambiental, cada vez más, gana y ocupa espacios de reflexión y de acción para buscar comprender los tantos cambios globales de nuestra actualidad y para preparar nuevas mentalidades y habilidades para solucionar los tantos y disimiles problemas socio-ambientales y definitiva-mente abrirnos el camino, hacia un futuro sustentable.

Al parecer el sistema educativo universitario nacional no presenta respuestas articulada-mente. En nuestra ampliación de conocimientos de las décadas recientes, no hay opciones alternativas que avancen desde las dimensiones productiva y formativa hacia una gestión ambiental en la que se valoren medidas precautorias, de producción limpia, de investigación y aplicación de tecnologías alternativas, para frenar la degradación de nuestro entorno y las severas consecuencias sociales producidas. Las más contemporáneas y complejas tendencias socio-ambientales que la sociedad venezolana está viviendo no tienen respuestas estructurales. Crear “fuentes de empleo” y “mercados”, se suman y se superponen a tratar de mitigar las afecciones ambientales y las enfermedades crónicas y genéticas que administramos por los niveles de contaminación (estudios epidemiológicos de-velan que en varias ciudades venezolanas un alto porcentaje de las poblaciones padecen enfermedades crónicas-ambientales; consecuencias directas del nuestro modelo socio-productivo actual). La injustificada-reiterada- actual crisis energética venezolana, nos de-vela otra dimensión estructural de nuestra realidad socio-productiva, de tendencia depredadora: ¡35% de energía lo consume el sector residencial!

Las razones ante-cedidas definitivamente demandan que el proceso de transformación de la educación superior venezolana, que mueve nuestro proceso revolucionario, lleve implícito transitoria-mente, apoderarse del direccionamiento ideológico y político académico e investigativo del hacer universitario. Por ello debe y tiene que ser responsabilidad de todos los venezolanos comprometidos con la realidad y futuro del país asumir, entender, promover, auspiciar y defender esta múltiple estrategia: Transición-Transformación-Territorio en la educación universitaria y que como hemos demostrado, es posible llevarla a cabo, solo en un proceso revolucionario que se adelanta y que ya al echarla andar, como ocurre! estamos seguro sera referencia para los otros países latinoamericanos hermanos, quienes también nos acompañan en sus cambios sociales-educativos.

email: ipiat2000@yahoo.es

 

 

 



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Miguel Angel Núñez

Director del Instituto Universitario Latinoamericano de Agroecologia " Paulo Freire" Venezuela

 ipiat2000@yahoo.es      @17MiguelAngel

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