Déjeme decirle camarada Farruco, que usted mismo se está desestimando cuando afirma que no conoce a ningún revolucionario que se encuentre a la altura ideológica del Che; tal vez ese desconocimiento de las cárceles, privaciones y sufrimientos no le permita ver a su alrededor, pero pregúntese ¿de no existir ningún bolivariano que haya mantenido la lucha por la justicia y la igualdad, se habría producido esta revolución? ¿Dónde dejamos entonces al camarada Alí Primera? Ejemplo revolucionario “en la teoría y en los hechos”. Creo más bien que usted, como muchos otros compatriotas, a quien las circunstancias le han dado la oportunidad de transformar el País, han desestimado, olvidado y abandonado a los que siempre han mantenido su verticalidad bolivariana y revolucionaria.
Usted mismo ha dado algunas claves para encontrarlos o por lo menos salir de tanto gusano que esta haciéndole daño a la revolución bolivariana: Todo aquel que irrespete, veje o atente contra la dignidad de cualquier persona, y que sin argumentos convincentes trate de descalificar el proceso, debe ser excluido de cualquier cargo público, no importando las consecuencias. Estoy seguro de que Bolívar y el Che hubieran levantado la mano para aprobarlo, como lo hicieron en la Gran Colombia y en Cuba en los momentos re-organizativos de control y mando.
Como usted dice camarada “ la existencia, que ya va siendo larga, no pasa en vano. Y de algo nos sirve la experiencia”; pero esa experiencia debe indicarnos que la falta de orientación, de estímulo y de resultados ha sepultado ha muchos grupos que equivocados o no, han dado su vida por una causa que oprime, ofende o pisotea la dignidad humana. Esa experiencia acumulada no sólo debe servirnos para ver a las alimañas del proceso, sino más bien para buscar y seleccionar a los verdaderos bolivarianos. Bolivarianos desde siempre, que cuentan con diferentes formas de lucha pasadas y presentes, muchos de ellos han visitado las instituciones ofreciendo su ayuda incondicional pero han sido rechazados y no se sabe si fueron los de arriba o los de abajo, pero esta claro que no se quieren cerca: a los honrados, a los capaces, a los verdaderos “Patria o muerte”.
Creo compatriotas, que si no vemos más allá del bosque que nos ha rodeado siempre, nunca llegaremos a ver los arbustos que solo hay que regarlos para que crezcan y mucho menos veremos las flores que adornan el campo y, sin embargo, esto sería insuficiente; si no somos capaces de ver la ciénaga y transformarla en agua clara. Por eso les hago un llamado, a todos aquellos a quien la vida le ha dado la oportunidad de impulsar el sueño bolivariano para que escuchen con atención a los que alardean de cualquier cosa; porque siempre son peligrosos y que incorporen de inmediato en todos los cargos posibles, a los que la experiencia y conducta señala como íntegros ciudadanos, amantes de su Patria y su Pueblo.
Atentamente,
Ing. Luis Díaz
Nota: esta reflexión la motiva el mensaje del Ministro Farruco Sesto, publicado en Aporrea, el pasado martes 22, con el titulo: "Déjeme decirle, Leocenis".
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