Luchas, protestas y guarimbas

Desde hace unos días se vienen dando algunas señales que ponen al descubierto los planes desestabilizadores de ciertos sectores de la oposición que no se han apartado nunca de la aventura golpista, ante este escenario es importante poner las cosas en su lugar.

Los y las comunistas, así como los sectores realmente consecuentes y leales con la revolución, tenemos claro que todos los planes opositores, sean político-electorales, mediáticos, desestabilizadores y hasta “proinvasión”, tienen su origen en Washington; y en tal sentido hemos venido alertando que los mismos se complementan con la “ayuda”, intencional o no, que desde importantes espacios gubernamentales se le ofrecen a dichos planes para dar al traste con el proceso bolivariano cuando se hace del burocratismo práctica cotidiana y de la corrupción una especie de “cultura venezolana”, pasando por la persecución contra los trabajadores y trabajadoras que luchan por el socialismo, por el control obrero y por construir un poderoso movimiento sindical clasista y revolucionario.

Por todo ese complejo escenario es necesario discernir con enorme tino político que corresponde caracterizar como lucha histórica por los intereses populares y de la clase obrera, que cosa como legítima protesta popular y que cosa como guarimba.

La lucha del pueblo y de la clase obrera por sus reivindicaciones y anhelos políticos, que mucha veces se manifiesta a través de legítimas protestas, no puede ser jamás catalogada como sabotaje al proceso por interesados funcionarios gubernamentales que las fomentan con sus malas, y hasta contrarrevolucionarias, actuaciones; son protestas que siempre van dirigidas a la profundización del proceso a través de su depuración. Por otro lado están las denominadas “guarimbas”, de las cuales tenemos bastante experiencia acumulada en el marco del proceso bolivariano, y que son atizadas, organizadas y puestas en práctica por el oposicionismo como parte del plan de desestabilización del proceso bolivariano, muchas veces montadas, eso sí, sobre necesidades reales no atendidas a tiempo por la burocracia gubernamental responsable de ello.

En una opinión muy personal, creo que la situación vivida con el transporte hace unos días se corresponde con esta última caracterización (guarimba), si nos atenemos al modelo, a la convocatoria y a la ejecución de dicha acción en muchas ciudades de nuestro país; lo cual nos llama a estar alerta a todos los revolucionarios y a todas las revolucionarias.

Sin embargo, esto no desmerece la protesta legítima y la movilización de los sectores consecuentemente revolucionarios que vienen denunciando fallas precisamente para que su oportuna corrección permita que el proceso avance y se libre de tanto “gazapo” pernicioso; no puede ser guarimba, por ejemplo, la lucha de los trabajadores y trabajadoras de Friosa , Orinoco Iron, Mitsubishi, Pronuticos y tantos otros centros de trabajo.

Lo que corresponde en este momento a quienes defendemos al proceso revolucionario es desnudar la guarimba y denunciar a sus autores intelectuales y saber que quien de forma indirecta la genera por la ineficiencia en algún cargo gubernamental es también un gurimbero o guarimbera.



Militante del PCV

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Edgar Meléndez


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