Pesadilla

Tratando de salir de los escombros de un edificio alcanzado por uno de los misiles dirigidos contra la capital, me preguntaba ¿cómo fuimos sorprendidos de esta manera?

Habíamos confiado en nuestra hermana república. No quisimos aceptar que la ambición, el desprecio y la traición, fundamentos de la separación de nuestros países, seguían tiñendo nuestras relaciones. No quisimos aceptar que la oli-burguesía había hipotecado la soberanía de su país y lo había convertido en la punta de lanza del imperio para la retoma del control de América del Sur.

Hicimos el bien sin mirar a quien. Acogimos a millones de hombres y mujeres marginados y desplazados por esa oli – burguesía, sin calibrar el costo político, social y económico que ello implicaba para nuestro país.

Para evitamos un conflicto buscamos buenas intenciones tras cualquier gesto amistoso de sus dirigentes, pero no las había. Respetamos reglas del juego impuestas por terceros, descalificamos las luchas por la liberación de ese país, invertimos ingentes recursos de dinero para descontaminarnos de su droga, actuamos con lenidad ante el contrabando y el tráfico de divisas etc.

Mientras tanto, sus presidentes jugaban al policía bueno y el policía malo y sus gobiernos daban asilo a delincuentes, nos espiaban por encargo, contribuían activamente a la campaña de desprestigio internacional, permitían la instalación y ampliación de bases militares en su territorio y tecnificaban sus cuerpos armados bajo supervisión de organizaciones internacionales terroristas fascistas.

Finalmente y como era previsible, hace un mes prestaron su territorio y costas para las maniobras militares del ejercito invasor, justificaron el ataque ante las Naciones Unidas y pusieron la carne de cañón para la penetración por tierra.

Cuando una patrulla estaba a punto de descubrirme, me desperté y prendí la TV en el momento en que TELESUR informaba que los países de América Latina y el Caribe habían rechazado unánimemente todo ataque e injerencia extranjera en cualquier país de la región y del mundo.



mariadelav@gmail.com


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Mariadela Villanueva

Analista y comunicadora. Socialista y chavista. Firme creyente del poder popular

 mariadelav@gmail.com      @mariadvillanuev

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