Se trata del período de Gobierno de Raúl Leoni que va de 1965 a 1969.
Este personaje, en términos generales, siguió las mismas pautas del Gobierno de Betancourt (apoyo incondicional a la geopolítica norteamericana de la Guerra fría; modelo “democrático populista”; el apoyo de FAN-quienes asumieron de hecho el control político del País-, FEDECÁMARAS Y LA ALTA JERARQUÍA DE LA IGLESIA CATÓLICA; la continuidad, en el aspecto económico, de las 3 conocidas líneas (con sus correspondientes aberraciones): Rentismo petrolero, Industrialización por sustitución de importaciones y Reforma Agraria).
Este hombre “despilfarrador, lento e inútil” (según Betancourt) que logró coleársele por la baranda, pues no era de su agrado; llevado, tal vez por esas cualidades no pudo mantener la alianza armónica de los tres partidos (AD, COPEI Y URD), para paliar su poco respaldo parlamentario, dada la precaria mayoría con que fue electo; ni pudo percatarse que políticamente eran una misma cosa. Fue en este período en el que se registró la tasa de crecimiento más baja del P.I.B. en los primeros 20 años del puntofijismo; y en donde nace el MEP, otro desprendimiento de AD que, como el MIR, marcó distancia en el campo ético.
Leoni, continúa y hasta supera a su predecesor en la acción represiva y criminal para aplastar la disidencia política revolucionaria que encarnaba la Guerrilla (FALN y MIR, fundamentalmente). En esa materia, llega a suscribir un convenio con el Presidente de Colombia para garantizar la paz exigida por el Norte; montó los Teatros de Operaciones Antiguerrilleros en el País e incrementó el número de detenidos, desaparecidos, torturados y asesinados.
Los hermanos Pasquier, Victor Soto Rojas (lanzado desde un Helicóptero ante su verticalidad) y Alberto Lovera (lanzado al mar, encadenado con un dispositivo a manera de “grillo”), se cuentan entre los mártires más renombrados. Sobre el último de los citados fue patética la expresión de uno de los autores materiales de este crimen: “el error estuvo en no haberle extraído las vísceras para que no flotara”. He allí la expresión inhumana de aquel sistema, a la que fustigó temprano con su canto oportuno, rebelde y justiciero, Alí Primera cuando sentenció: “Quisieron ahogar tu canto, Alberto Lovera hermano”… “ tu grito se escucha siempre…”. Y se escuchará. Todos ellos formaron parte del glosario de términos que alimentaba las consignas que fueron templando conciencia para esta lucha de siempre. Eran ellos la leña nutriente de nuestras ardientes protestas. En mi caso concreto, por allá por el año 1967 lo completaban nombres como Guerra y Millán, dos jovencitos del Liceo Miguel José Sanz de Maturín, que allí mismo fueron asesinados bajo el mandato de este lacayo y de su compañero de viaje: El Imperialismo.
Como ofende que a aquellos revolucionarios, presos políticos y hasta mártires, se les caricaturice al comparárseles con delincuentes comunes (Corruptos,…violadores), a quiénes, sin más, se les tipifica como presos o perseguidos políticos. Como ofende que a esa juventud valiente; que resistió con estoicismo los rigores de un régimen criminal; la oligarquía y su aparataje mediático le antepongan, en su escena figurada de un País sin libertades; a unos “hijitos de papá”, alienados hasta el alma, con manitas blancas y alegres glúteos, que acaso han sentido el dolor de la nalgada apátrida que al nacer le dieran sus disociados progenitores.
¡ FARSANTES! ¡ NO VOLVERÁN! ¡ PATRIA SOCIALISTA. VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
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