Sale el sol paraguanero,
Con gran esplendor y fuerza cimera,
Porque en este día, nació “Alí Primera”,
El gran TITIRITERO.
Alí, cantor de un sueño,
De infinita devoción por tu suelo,
Tu voz alzo un brillante vuelo
Y del amor del pueblo, eres tú el gran dueño.
Alí, tu voz era el canto de los profetas,
Que daban vida a la canción poética,
Formada por mil líneas geométricas,
Cuajadas en mil rosetas.
Alí, hombre de fuego y acción,
Tu voz dio vida a la canción
Que es el himno, de nuestra revolución,
Música y letra, de esta generación.
Alí, tu canto fue un vendaval lleno de poesía,
Con sabor de dulce amor y racimo.
Por los oscuros dolores, de tu prójimo
Tu voz, en eterno duelo se batía.
Alí, tu epopéyica misión
Fue la lucha contra el oprobio de la nación,
Por los gobiernos de maldición,
Que tenían al imperio, como visión.
Alí, revolucionario intachable de la música,
Tu voz ya escuchada,
Hoy más que nunca es anhelada,
Por esta, tú patria chica.
Miles fueron tus virtudes,
Y hoy con este canto,
Solo quiero dejar bien en alto,
Que tu vida, es un claro ejemplo de multitudes.
Hoy llegan a mí, aires de vida y melancolía,
Aires de llegada y despedida,
Por el recuerdo de tu pasada vida,
Que en toda mi alma dolía.
Hoy Alí, al recordarte,
Me lleno de un sentimiento vibrante,
Cual vendaval emocionante,
Por tu renacer excitante.
