Las «civilizadas» ministras españolas, de Asuntos Exteriores Trinidad Jiménez, y de Defensa, Carme Chacón, anunciaban después del linchamiento y sodomización de Gadafi, que éste «había desaparecido» (en lugar de decir que había sido asesinado) y que ahora comenzaba una época de «libertad».
Ante el asesinato de Gadafi, incluida Hillary Clinton que hizo chistes, todo eran brindis y alegrías porque «había llegado la libertad y la democracia» a Libia y un gobierno títere (por el momento) a la reserva de gas y petróleo del patio trasero de Europa.
Sin embargo, los mismos Estados que financiaron el asesinato de Gadafi, además de a tres de sus hijos, y sembraron Libia con más de 45.000 muertos convocan ruedas de prensa de última hora y, con cara de circunstancias, hacen malabarismos con el lenguaje diciendo que preguntar al pueblo griego sobre su futuro puede ser legítimo pero no conveniente, porque la salvación de Grecia es como cuando los ricos del Titanic metían a los pobres en los botes… era para que remaran para ellos, no porque quisiesen salvarlos.
Pero las cosas vuelven a su estado «natural». Los griegos retiraron la convocatoria del referendo por exigencia de los mismos que financiaron la sodomización de Gadafi: Francia y la UE. … y el ideólogo de la consulta, el primer ministro Papandreu, ya ni ministro de Grecia es.
Game over!
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