El anuncio hecho por el Presidente Chávez y ratificado por la Ministra María Cristina Iglesias, de constituir una comisión especial presidencial, para que sea ella quien se entienda con lo referente a la nueva ley orgánica del trabajo revolucionaria, debe ser rechazada, porque la experiencia, que es muy buena consejera, nos dice que en esas comisiones de alto nivel, la tecno-burocracia y presuntos sabios del derecho laboral, terminan imponiendo su criterio, en desmedro de la clase obrera. Indiscutiblemente que la irresponsabilidad e incompetencia de la “nueva central socialista”, de pasarle el relevo al presidente Chávez para que se encargara de esa “papa bien caliente” que quema, como es, lo tocante, a la tardía en actualizarse a la nueva constitucional bolivariana, ley orgánica del trabajo; es mucho peso para el presidente, quien tiene bastante trabajo de por sí, no quedándole de otra, que trasladar esa papa que quema a una “comisión presidencial”, lo cual es muy mal augurio, porque la experiencia nos dice que en esas comisiones se cuelan “notables”, “sabios” y tecnócratas burócratas, quienes terminan imponiendo su criterio y no el de la mayoría proletaria.
Esa comisión debe rechazarse y pasarle el relevo a la asamblea nacional, para que sea su presidente, el ex-guerrillero Soto Rojas (Que es el único de la burocracia roja rojita, con quien a veces se puede medio hablar), se encargue de dirigir el gran debate nacional, cuya sede debe ser todo el país, y no las cuatro paredes de la asamblea nacional, y conforme una comisión que se encargue de escrutar y sintetizar las propuestas de las bases, por supuesto se oirán opiniones de los técnicos y especialistas, pero estos no serán determinantes.
POR QUE UNA COMISION POLITICA SINDICAL Y NO TECNICA
Dentro de la discusión de cualquier ley del trabajo y sobretodo en Venezuela que se trata de adaptar una ley burguesa que tenemos, a un estado socialista como es el estado social de derecho y de justicia, existen dos concepciones, la burguesa, que siempre va ligadita con la pequeño burguesa, es mas esta le sirve de vocera a aquella; y la proletaria. La burguesa trata de imponer el criterio que la ley del trabajo, es solo para discutir aspectos técnicos jurídicos “muy serios”, según su óptica, cuales son aumento de sueldo, utilidades, vacaciones, contratos individuales y colectivos, es decir los meros aspectos reivindicativos y economicistas. La concepción proletaria, expone que en la ley del trabajo, aparte de los aspectos económicos, que son indispensables, deben darse aspectos de macro-política.
En Venezuela, aun en puntofijismo, se formaban peroratas, porque el aspecto de aumentos generales de sueldos o la sindicalización nacional, decían adecos y copeyanos, no eran temas para una ley del trabajo sino aspectos del ejecutivo y el legislativo en leyes especiales. Si ese debate se dio espontáneamente, en el puntofijismo, que era un régimen de derecha, mucho más ahora se va a manifestar esa polémica, expresión de la lucha de clases, en donde hay una burocracia de derecha, que quiere retroceder el país a una socialdemocracia tardía e infuncional, ella no quiere ningún cambio y quiere que las cosas continúen como están, claro como ellos ahora están arriba, piensan de otra forma, son aspirantes fuertes a traicionar el espíritu del 27-F, el Caracazo. Por ello alerto al proletariado, para que no se deje meter esa “cabra”, que lo perjudicaría y desmejoraría; de una alta comisión especial presidencial, para que presente el proyecto de ley del trabajo, ya que allí la tecnoburocracia impondrá su criterio de traición y retroceso y el control obrero, las tomas de fabricas, la autogestión y cogestión quedarían haciendo “qui-qui” y jugarían quiquiriguique.
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