Desde
ahora cuántos terminarán la primaria, la secundaria. Cuántos se graduarán
en la Universidad.
El
empuje de la Misión es infinito. No saben cuánto. ¡Gracias señor
Presidente!, en nombre de todos esos niños y niñas de los sectores
con mayores carencias.
Me
imagino hacia el futuro, ¿Cuántos ayudaran a sus familias, una vez
graduados en la Universidad?, a sus hermanos, a sus amigos, a sus vecinos.
Cuántos ayudaran a muchas personas a conseguir trabajo, a sus compatriotas,
sus compañeros, sus hijos.
Cuántos
descubrirán, la gran cantidad de cosas que faltan por descubrir en
el mundo, la cantidad de música que falta crear, de poesía por escribir.
¡Gracias señor Presidente!
Cuántos
aprenderán un oficio, un trabajo, una profesión, por este empuje que
les dará y significa la Misión.
Esto
es hacer propio el dolor y la miseria de los más débiles, de
los más desposeídos. Todos sabemos que la pobreza es sumamente compleja
y tiene su origen en diversas circunstancias, difíciles de erradicar.
Se han hecho muchos intentos en estos trece años y sigue dura, difícil
de roer. Dice, la Madre Teresa de Calcuta: “Nosotros sentimos que
lo que estamos haciendo es sólo una gota en el océano. Pero el océano
no estaría tan lleno si no existiera esa gota”.
Ya saldrán los agoreros indicando que es un intento de comprar electores, porque tenemos las elecciones perdidas y es por esto que se hace esta Misión. Que ésta incrementará el problema, que no lo solucionará. Ya el Presidente ha dicho: “Así tratan los ricachones a los pobres. Yo no porque soy uno de ustedes”. ¡Gracias señor Presidente
joseluisperezequis@yahoo.com