Después que a Chávez se le ocurrió la brillante idea de sacar a Carlos
Escarra para ponerlo como Procurador General de la República y a Iris
Varela para colocarla en ese mamotreto llamado Ministerio de Prisiones,
la AN quedó huérfana de dos grandes y verdaderos revolucionarios. El
pueblo, perdió a dos de sus mejores defensores en el legislativo y
Chávez ganó a dos malos burócratas. De esta forma el presidente fue
preparando el terreno para sacar a Soto quien aspiraba a repetir y poner
a Diosdado Cabello uno de sus preferidos como presidente de dicha
asamblea. Sacó a Escarra, quien era el candidato ideal para sustituir al
camarada Soto, y lo sepultó en la PGR. Escarra e Iris están casi en el
anonimato y muy poco se sabe de ellos, especialmente de Escarra.
Esta fue una de las tantas jugadas a que nos tiene acostumbrado Chávez
para salir de quienes en verdad ejercen el ejercicio de revolucionarios,
para colocar en los puestos claves a los quienes se arrastran a sus
pies y Diosdado es uno de ellos. Por eso ordenó colocarlo como
presidente de la AN. Esta jugada se presentía ya que Fernando Soto, no
es hombre de adulaciones ni acepta personalismo alguno. Eso si, es leal a
la revolución y a sus principios. Por eso permaneció en absoluto
mutismo en el acto de posesión de Diosdado, y casi ni aplaudió las
fanfarronadas del nuevo flamante presidente de la AN.
Chávez, necesita hombres y mujeres totalmente consagrados a él, en los
cargos más importantes, especialmente hombres de derecha que acepten sin
chistar su recetario de derecha. Por eso lo de Diosdado, por eso impuso
como candidatos a las gobernaciones (y las que faltan porque todos los
candidatos los va a poner él) de Carabobo, Tachira, Zulia y Miranda a
Nicolas Maduro, Tarek Al Aisaimi, Arias Cárdenas y Elías Jaua quienes
son cachorros de su manada.
Diosdado Cabello es un profesional del fracaso: fracasó en
infraestructura, fracasó como vice-presidente y permaneció escondido las
48 horas que duró el golpe. Fracasó como gobernador de Miranda y ahora
seguramente fracasará como presidente de la Asamblea. El Aisami, es un
hombre sacado de la manga de mago de Chávez. Es hombre de derecha de
quien nadie sabía, hasta que el presidente lo nombró ministro de de
relaciones interiores. Maduro, jamás fue un hombre de izquierda. Después
de su pasantía por la Liga Socialista, se ganó la confianza de Chávez por
su participación en el golpe de estado de 1992. Es otro que pertenece
al cenáculo de los preferidos y es uno de los que aconsejaron a Chávez a
cambiar de rumbo. De Arias Cárdenas, no tengo nada que decir, todos
conocemos la trayectoria política del hombre de la gallina y otrora
candidato de la derecha. A Elías Jaua, lo respeto mucho, por que conozco
su vida política y sé de su probidad revolucionaria, solo que se ha
dejado manipular por Chávez y ha aceptado calladamente todas las
desviaciones de él.
Entramos en la recta final de la carrera hacia la presidencia,
ambos adversarios comenzarán a implementar sus estrategias y a mover sus
piezas claves en el tablero para el combate. Chávez ya comenzó a mover
los suyos, solo que en esos movimientos, no ha tomado en cuenta a los peones (inscritos en el Psuv) que son los verdaderos guerreros en este
tipo de lucha y quienes son los que verdaderamente conocen por dentro y
por fuera a los futuros candidatos a las gobernaciones y alcaldías. Si
el dedo del presidente se impone de nuevo, serán muchas las de ellas que
quedarán en manos de nuestros enemigos.
Si el dedo del presidente sigue imponiendo a los Diosdado Cabello para
esos cargos, tendremos que sentarnos a ver como pasa por frente de
nuestras casas el cadáver de lo que queda de revolución. Por eso es que
necesitamos a hombres y mujeres como Escarra e Iris que no estén
amarrados a ningún cargo para que hagan el trabajo en las calles
movilizando a las masas ya que ellos son personas que no se dejan
manejar y que tienen una altísima credibilidad revolucionaria en todo el
pueblo militante y simpatizante del proceso.
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