El
virulillo lo encontramos a diario entre los humanos muy alimentados
por la envidia, el odio, el egoísmo, la mezquindad, la tirria y el
fracaso, entre otros elementos negativos. Son reproductores del virulillo,
entre muchos sujetos, los siguientes personajes: 1.- nuestros
adversarios políticos, cuando somos victoriosos; 2.- los irresponsables
y flojos compañeros de estudio, cuando somos sobresalientes y cumplidores
en lo académico; 3.- los vecinos desordenados, alborotados,
anarquistas, beodos y viciosos, cuando procuramos que nuestro hogar
sea organizado, aseado, sobrio y razonadamente apacible; 4.-
los irresponsables y carreros compañeros del trabajo, cuando ponemos
empeño en cumplir y ser meritorios en nuestras funciones… También
reproducen el virulilllo: 5.- las cortesanas cuando tienen un
potencial cliente y entonces otra “chica” lo aborda para invitarlo
y termina llevándoselo a la alcoba; 6.- el homosexual cuando
un apuesto caballero de su agrado va de brazos con la pareja del sexo
opuesto.
Por otra parte existe otro tipo de virulillo endógeno, es el de producción
y origen casero, el cual por cierto es el de menor grado “ponzoñoso”
y cuyos efectos se diluyen más rápidamente, porque suele ser la consecuencia
de los celos de uno u otro consorte. Éste se manifiesta cuando en la
argumentación y expresión del relativo “reclamo” por algún
asunto de esos que “asan la lengua” por la imperiosa necesidad de
decirlo, se le agregan adjetivos agravantes con pretensiones de obtener
una respuesta similar y en consecuencia justificar el peo, el mismo
que generalmente continua hasta la noche en “camas separadas”
o la negación de ir a la “faena carnal”. Sin embargo, pasado
un corto tiempo desaparecen los síntomas y la calma se aposenta de
nuevo entre la pareja.
Ahora
bien, cuando al contagiado de virulillo se le hace metástasis en su
materia Gris la persona se hace para los otros
mortales un perfecto Mapurite, mofeta o zorrillo, como son los nombres
de ese animalito apestoso que nadie quiere tener cerca… los demás
mortales al verlo llegar salen disparados a esconderse, alejarse o hacerse
los muy ocupados, marcando incluso distancias extremas de separación
entre él sano y el tipo “enfermo” del virulillo. Lamentablemente
el virulillo parece ser un “padecimiento” muy endémico en la Venezuela
actual, pero en períodos electorales la cuestión se agrava y tiene
brotes epidémicos, atacando con mucho vigor, pues en estos tiempos
se desatan las ambiciones por ocupar cargos u obtener canonjías derivadas
de los que ocupan altas responsabilidades políticas o gubernamentales
en beneficio particular. Es por lo cual que un partidario puede trasmutar
en enemigo intransigente; un Concejal, legislador o Diputado amigo puede
convertirse en verdugo del Alcalde, el Gobernador o el Presidente, según
sea el caso… En estos procesos electorales algunas veces el
afectado o enfermo de virulillo suele presentar o adoptar un síntoma
extra que consiste en la doble personalidad, es decir, que al ver al
otro )potencial adversario) lo saluda con efusión y abrazos (besos
incluidos si es del sexo opuesto) pero al retirase el susodicho, se
produce un cambio inmediato y aflora el otro “Yo”, derivándose
de allí una descarga verbal con efectos corrosivos en sus argumentos
y en consecuencia “no hay costilla que quede sana” en el
ausente.
Los mejores ejemplos del virulilllo están en algunos de los programas
matutinos de opinión en la radio y televisión, donde “Tirios y Troyanos”,
“Moros y Cristianos”, “judíos y musulmanes”, aprovechando el
relativo confidencial mensaje de texto, dejan que el “Caballus
virulentus” galope desbocado en la sabana del verbo… Como producto
de ello ensucian la moral de cualquier mortal sea inocente o culpable;
para ese tipo de infectado ningún gobernante o aspirante a serlo es
bueno, puede el Alcalde, Gobernador o Presidente haber cumplido el compromiso
con tal o cual región, localidad o comunidad que los infectados del
virulillo algún detalle negativo consiguen y ponderan con extrema gravedad.
En contrario puede suceder otro caso que es necesario atacar también:
ocurre que un moderador de programa justificadamente censura una obra,
hecho o actitud del gobernante de turno y en contraofensiva los fanáticos
adulantes infectados del virulillo arremeten indebidamente contra el
autor del comentario pertinente.
Es por tanto que terminamos nuestro trabajo de opinión expresando convencidos por la experiencia y la razón, que no son buenos los extremos en uno u otro caso, para nuestra posición de principios la crítica, sea la que llaman constructiva o la que denominan destructiva, es necesaria en todos los aspectos de la vida, pues quien tiene la razón no debe temer a ninguna ya que en la confrontación de ideas se construye el progreso dialéctico del pensamiento humano; Odiar al otro por sus potencialidades, liderazgos y victorias merecidas es una soberana estupidez, el más puro reconocimiento del complejo de inferioridad personal y la negación de las propias limitaciones. Sería por eso que William Shakespeare expresó en su tiempo vital: "La ira es un veneno que uno toma esperando que muera el otro." desideratum_apure@yahoo.com