Para ser una capital, Caracas fue abandonada, quizás fue en represalia porque Caracas y los resultados electorales del pasado dan cuenta así, pero Caracas fue –y sigue siendo- el centro político del país y es aquí donde las y los capitalinos enfrentaron con fuerza e intensidad a las políticas neoliberales de los gobiernos de AD – COPEI, la respuesta de estos fue desasistir y castigar a la población capitalina con la omisión de Políticas Públicas de gran impacto.
Hay lugares céntricos y a las afueras que son cementerios de estructuras a medio construir o inconclusas y los gobiernos de entonces, se esmeraban más en atender aquellas zonas donde cierta intelectualidad, altos funcionarios institucionales y sectores pudientes de rancio abolengo y apellidos, - algunos- socios en definitiva del saqueo que hacían a la Patria de Bolívar, pues se instalaron allí para no convivir con el resto de la chusma, como acostumbran a calificar al resto de los y las caraqueñas.
Hoy se vive las nefastas consecuencias de las terribles y premeditadas omisiones de los gobiernos de entonces.
Paulatinamente se viene recuperando la mentalidad de la caraqueñísidad que hace a Caracas, la Caracas, y no otra ciudad más de Venezuela, de América Latina; cada día se enaltece la autoestima capitalina, sus espacios y vida cultural, sociales, deportivos, educativos, ya es un centro político del país ineludible pero cuya gravitación institucional ya se debe estar transfiriendo al resto de los estados del país, ya a Caracas se le brinda un respiro habitacional reanimando polos de desarrollo habitacional y laboral para Guatire Guarenas y hacia los Valles del Tuy.
Hay que exaltar sitios, lugares, barriadas, esquinas, edificaciones, personajes, episodios pero acompañados del rigor histórico, de un catastro cultural, de la zonificación urbanística, con el enriquecimiento de la historia menuda y local con los cronistas oficiales y no oficiales, los centros educativos deben ser espacios, así como las casas comunales donde gire la vida de estas comunidades.
Y como dice la canción “Y Bajaron” de Lloviznando Canto: bajaron! de las casas, de los apartamentos, de los cerros para hacer historia y hay que seguirla haciéndola -porque aún falta pero ahí va- para enaltecer el ejemplo que Caracas dio.
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