Para millones de latinoamericanos, y de manera especial para los venezolanos, el triunfo del Presidente Chávez el próximo 7 de octubre será la reafirmación del proyecto de país establecido en la Constitución Bolivariana y del socialismo como vía para la construcción de unas relaciones de producción, caracterizadas por la solidaridad y el humanismo.
Como sabemos que se dice fácil, no hay dudas que hoy somos millones de compatriotas que desde distintas organizaciones y ópticas nos rodeamos del liderazgo de Hugo Chávez, quien hasta ahora ha ejercido el compromiso otorgado por el pueblo con firmeza, lealtad, tesón, sabiduría y una entrega a toda prueba. Como mil veces se ha dicho, Chávez ha sido el hombre del perdón. Para muchos, exagerado en su afán por tener un país en paz y en el cual sus factores políticos, diversos en sus ideología y actuación, actúen en el camino democrático y constitucional. Prueba de ello ha sido el comportamiento del Presidente con los adversarios y golpistas después de los sucesos de abril del 2002, quienes a la postre no reconocieron su responsabilidad en tales hechos. Como se sabe, la retaliación no ha sido la norma de Chávez ni quienes están con él.
Razones hay para compartir la opinión que lo más conveniente para al futuro de este país es el triunfo de Chávez el próximo 7 de octubre. Basta recordar los aciagos días de abril del 2002 para entender que tipo de gobierno encarnaría esta oposición. Tres días bastaron para demostrar su odio al liderazgo Bolivariano y a las organizaciones populares. Tres días de terror, persecución y, también, de encarnizada resistencia popular. Momentos que ellos deberán tener presente a la hora de atentar contra la legitimidad popular. Chávez garantiza la paz y la tranquilidad de los venezolanos por su empeño en la búsqueda del bienestar colectivo. Si alguien pide prueba de esto, basta comparar el país que teníamos hasta 1998 y de que manera todos los índices socieconómicos han mejorado a partir de esa fecha hasta hoy.
Como estamos comenzando el año y el 7 de octubre está a la vuelta de la esquina, no está demás convertir cada día en organización y consolidación de este proceso que tiene como alma y corazón al pueblo venezolano. Afincarnos en los factores políticos que apoyan y dan vida a la Revolución Bolivariana. Sentirnos orgullosos que contamos con un líder genuino, sincero, transparente, luchador y fiel representante de las ideas y sueños de nuestros libertadores. ¡Chávez es futuro!
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