A raíz del
ascenso al poder del Comandante Hugo Chávez, catapultado por la rebelión
del 4 de febrero y su célebre “por ahora”, se ha impulsado a través
de la Revolución Bolivariana la concepción de un nuevo sistema político
basado en el socialismo y que está plasmado en la Constitución de
1.999 y en el Proyecto Nacional Simón Bolívar.
Bajo este huracán
revolucionario surgen nuevas manifestaciones y organizaciones
como los CPS, que nos invitan a repasar el preámbulo de la Constitución,
para comprender el mapa que señala el rumbo del nuevo proyecto político
de la República Bolivariana de Venezuela.
“El pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores e invocando la protección de Dios, el ejemplo histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de nuestros
antepasados aborígenes
y de los precursores y forjadores de una patria libre y soberana; con
el fin supremo de refundar la República para establecer una sociedad
democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural
en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los
valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el
bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio
de la ley para esta y las futuras generaciones;
asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación,
a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación
alguna; promueva la cooperación pacífica entre las naciones e impulse
y consolide la integración latinoamericana de acuerdo con el principio
de no intervención y autodeterminación de los pueblos, la garantía
universal e indivisible de los derechos humanos, la democratización
de la sociedad internacional, el desarme nuclear, el equilibrio ecológico
y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable
de la humanidad; en ejercicio de su poder originario representado por
la Asamblea Nacional
Constituyente mediante el voto
libre y en referendo democrático …”.
Igualmente,
junto a la Constitución, nace el Proyecto Nacional “Simón Bolívar”
con líneas del desarrollo económico y social de la nación perfiladas
a la construcción del socialismo bajo una nueva ética, una democracia
participativa y protagónica, una estabilidad social, un modelo productivo
socialista, un nuevo modelo energético y una nueva geopolítica nacional
e internacional.
Bajo todo el
anterior esquema es que en la actual coyuntura, paralelamente a las
instituciones del Estado, surgen nuevas formas de organización y participación
social, destacándose dentro de ellas las inspiradas en el contexto
de las creencias religiosas las cuales están garantizadas en la Constitución
Bolivariana.
Renacen así
organizaciones vinculantes al proceso socialista y se expresan en documentos
que desde hace muchos años, mantienen al calor de las luchas libradas
en pro de la justicia social y de la igualdad, teniendo como razón
de ser y como base, en diversas partes del mundo, el proyecto inspirado
en las enseñanzas de Jesús de Nazaret que no es otro sino el Evangelio.
La idea originaria
de CPS (Cristianos por el Socialismo) se pone de manifiesto,
según el libro “Cristianos por el Socialismo en 1980, una palabra
de esperanza, un compromiso de acción”, editorial LAIA de Barcelona,
España, como una respuesta contra el franquismo, en América Latina
en momentos difíciles como el caso chileno, cuando Allende en 1972
y en la mayoría de los países centroamericanos, en la lucha cotidiana
librada contra los opresores, donde han muerto centenares de religiosos,
como Mons. Arnulfo Romero. Otros casos se expresan en sacerdotes que
han abrazado las armas como Camilo Torres en Colombia o deslindando
preceptos de fe, como la “Teología de la Liberación” en Brasil
impulsada por Helder Cámara y Leonardo Boff.
En Venezuela existe mucho por discutir en la Iglesia del pueblo y de los pobres; mientras los jerarcas de la CEV se pelen con el Gobierno, en el seno del pueblo católico y cristiano renace la idea de crear los CPS; que no son otra cosa sino Cristianos por el Socialismo.
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