La mesa está servida y todo indica que este año la crispación política y el desespero de la oposición por conquistar Miraflores incrementará el desempeño de los medios privados para lograr lo que los partidos políticos de la derecha no pueden hacer por su desprestigio: motivar, establecer consensos en la población por su candidato y concretar un triunfo electoral.
La tarea de los cuadros de la Revolución no será fácil e implicará una actuación más enérgica del Estado para evitar que la manipulación mediática se agudice mucho más de lo que ya está; no obstante, las Instituciones no pueden estar solas en esta compleja tarea donde toca aspectos incluso deontológicos del ejercicio del periodismo; en tal sentido, amerita la participación organizada de la población desde instancias que le permitan tomar decisiones que sean vinculantes en cuanto a la regulación de contenidos que se difunden a través de nuestro espectro radioeléctrico.
Ahí están algunas iniciativas que han emprendido los Comités de Usuarias y Usuarios, por otro lado está la actitud crítica y sentidos dilatados con los anticuerpos necesarios que hemos cultivado para que la mentira no se inocule como una “verdad” omnipresente en la sociedad.
Armand Matellart ha planteado ciertas ideas que si las miramos con detenimiento podemos esbozar propuestas para exaltar la corresponsabilidad y el ejercicio soberano que tiene la población de ser participes del control y supervisión de los medios de difusión.
Este sociólogo belga propone la conformación de observatorios o veedurías nacionales de ciudadanos como una manera de controlar a quien nos pretende controlar: los medios ¿Será parte de la solución? No sé, lo que sí es claro es que este año más que nunca debemos estar activos, movilizados y sobre todo, atentos a cualquier emboscada que nos plantee la canalla mediática.
Mariano Ali
Mérida
marianoali73@gmail.com