La promesa de progreso al pueblo venezolano definitivamente encierra una trampa. Y no sólo es una trampa de carácter semántico o simbólico, sino ideológica.
Una trampa discursiva que pretende ocultarnos los verdaderos intereses –inconfesables además-, de este sector del país que pretende gobernarnos y es un deber de todos nosotros coadyuvar al proceso a develar que está detrás del discurso del poder y sus intereses.
Estemos claros, para que la derecha venezolana llegue al poder, harán y dirán lo que sea y su estrategia es como la garuíta mañanera que no moja pero empapa.
Como no debemos dejarnos empapar por este discurso de progreso, eficiencia, eficacia, prosperidad, futuro, conciliación, cambio juventud, oportunidad, democracia, igualdad y libertad –códigos que están utilizando reiteradamente en sus discursos- es imprescindible que comencemos a batallar y explicar los verdaderos intereses detrás de la “mascara discursiva”.
Ahora bien, de cuál progreso hablan estos señores? Bueno pensando en el público al cual está dirigido la promesa y el mensaje –clase media NI NI o sea chavistas light- comenzaré por aclarar que el ideal de prosperidad y progreso que nos están vendiendo es aquel que se amolda a los “marcos conceptuales” y al imaginario colectivo de este sector –comprar carro nuevo todos los años, viajar al exterior todos los años con MIS dólares, comprar ropa y zapatos de marca, los hijos en escuelas y universidades privadas para que así se gradúen “con calidad” y “ganen plata”, la lancha, el apartamento en la playa, la operación de las “lolas” y la “barriguita” para lucir como una mamita, el gimnasio, el club, en resumen la “sociedad sambil” o como decía Rubén Blades la “sociedad plástica” pues.
El ideal entonces que se “enmarca” dentro de sus concepciones y creencias en este sector del país es el de “progreso y modernidad” frente a los de la “barbarie” que caracteriza a los países del tercer mundo –en su concepción, los chavistas para más señas-.
Así piensan, y el discurso desarrollado desde la derecha está reforzando estos valores y creencias, y alimentando una esperanza fatua de que van a ser ricos, pensando en que el país votará por esta empatía y no por otras creencias.
Por ello y desde la revolución es forzoso que nuestra construcción simbólica sepa a que nos enfrentamos: que el “progreso” por ellos manoseado no es otra cosa que vendernos mediante el uso de técnicas publicitarias el sueño americano aquel en donde TODOS pueden llegar a ser felices y ricos siempre que se trabaje por ello.
Lo que este metamensaje no dice, lo que está detrás de la máscara, es que ese modelo de vida privilegia el individualismo sobre el interés colectivo, que nos aísla como seres humanos y desconoce con ello, el sentido de la humanidad y de la política que no es otra cosa que –la otredad-. La aplicación de ese “sueño americano” significa excluir y destruir a grandes mayorías y endeudarse hasta morir para mantener el “status” y peor aún acabar con el planeta.
Lo que no dicen estos “asesores” es, que en este país y con esta revolución que un sector de la clase media desprecia, en este modelo dirigido por “niches e imrpovisados” es donde se acabaron los créditos indexados, puedes comprar carro con intereses privilegiados y con un 50% de ahorro del mercado capitalista y explotador con fábricas instaladas en el país y trabajo y transferencia tecnológica para los nacionales venezolanos, donde pueden comprar alimentos con un ahorro de 60% y de calidad, este modelo que ellos repudian es quien los ha protegido de los banqueros inescrupulosos y les devolvió su plata, les devolvió sus inmuebles estafados, les permite a sus hijos estudiar en universidades, alfabetizó a la población humilde, redujo la pobreza y la pobreza extrema, construye, reconstruye y dota hospitales para más temprano que tarde asegurarles salud de calidad y gratuita, pensionó a sus abuelos y papás aún sin cotizar, entre otras cosas; y sin embargo este sector sigue comprándole a esta oposición venezolana y a sus encantadores de serpientes quienes nos presentan “la salida a la debacle chavista en forma de progreso”.
Si queremos entender y penetrar estos sectores primero entendamos sus marcos de referencia conceptuales, y desde allí construyamos un discurso que nos permita desenmascarar el espejismo del progreso como lo que es: una vulgar trampa cazabobos.
Y que para alcanzar la posibilidad del sueño que anhelamos TODOS los venezolanos debemos hacerlo juntos, contando con su participación y que el discurso de la derecha lo que pretende es ocultar su verdadero rostro un proyecto de corte neoliberal y que evidentemente no pueden mostrarlo abiertamente pues se les caería la careta ante ellos, sus potenciales víctimas.
Sigo con la cantaleta y se lo digo a mis camaradas NI NI : progreso para quién? Progreso cómo? Y para qué?...
alecucolo@cantv.net