Una pequeña reseña que desnuda a Capriles

Escribir sobre Capriles Radonski sin mencionar aquellos días de los años
80, en los cuales un grupo de jóvenes vestidos de flux, en la esquina de
Las Ibarras, de Caracas, ataviados con símbolos medievales (capas rojas y
enormes lanzas de la época), cumplían con el rito que les ordenaba una
secta político religiosa; sería obviar el génesis de la formación
política del ahora candidato presidencial.

Aquellos jóvenes, entre los que se encontraba un Henrique Capriles
Radonski, de 12 años, habían sido captados por una secta que más
tarde sería expulsada por el gobierno venezolano de la época, acusada de
“lavar el cerebro” a los descendientes de familias pudientes, para
involucrarlos en operaciones ilegales, fascistas y terroristas.
La secta Tradición Familia y Propiedad, que marcó el inició político de
Capriles, estuvo involucrada en un complot para asesinar al Papa durante
una vista a Venezuela. Así nació políticamente nuestro personaje.

El hecho anteriormente narrado es, sin lugar a dudas, importante para
entender como actúa y a quien representa el actual candidato presidencial
de la derecha venezolana; pero más allá de ello, resulta interesante y
conveniente recordar que Capriles fue “electo” como diputado por el
estado Zulia en 1998; con veintiséis años de edad y apenas un año
después de haber culminado sus estudios en la Universidad Católica Andrés
Bello (en Caracas).

Esa “elección” lograda sin campaña, sin experiencia política y sin
visitar el estado donde resultaría electo, es la mejor evidencia de como
el poder económico que se mueve detrás de Capriles, viene desde aquellos
días, preparando la generación que habría de velar por sus intereses en
momentos en los que se hacía evidente que la cuarta república agonizaba.
Capriles, gracias a ese poder económico, no sólo fue electo como diputado
en un estado donde nadie jamás había escuchado hablar de él, sino que fue
impuesto como Presidente de la Cámara de Diputados en el congreso de ese
entonces, pasándole por encima a políticos de larga trayectoria y
experiencia.

Un año y medio después de esta demostración de fuerza del sector
económico que se mueve tras Capriles, el joven político fundó junto a
otros jóvenes de su misma clase social y provenientes, muchos de ellos,
de aquella secta ya mencionada, un partido político de extrema derecha
denominado Primero Justicia. Destaca que para tal logro recurrió al hecho
ilegal y comprobado, de sustraer fondos, por intermedio de la madre de su
socio, de la estatal petrolera PDVSA.

Vinculado entonces a grupos fascistas y terroristas; con respaldo de la
vieja partidocracia venezolana; con apoyo de la oligarquía; con respaldo
económico de una petrolera entregada a los intereses norteamericanos e
inescrupuloso como para apoderarse de fondos públicos, lo único que le
hacía falta era respaldo de los medios de comunicación para convertirse
en el hombre ideal que intentara conducir al país por los senderos que
una vez abrieran AD y Copei y que conducen a los bolsillos de un imperio
sediento de poder y riquezas y de una oligarquía que siempre se ha
conformado con las migajas que aquel le deja.

Pero Capriles debía demostrar aún que tenía madera para tal misión y he
aquí la forma como lo ha demostrado:

· En un intento de volver a la cuarta se convirtió en un líder
importante en la planificación y ejecución de un golpe de Estado que
arrasó sin pudor alguno con todas las instituciones democráticas del país
y que incluyó como parte clave del plan, el asesinato de inocentes.

· Participó, respaldó y promovió un paro petrolero que también tenía
como objetivo retornar a las prácticas y políticas de la cuarta, sin
prestar atención alguna a las pérdidas que le generaban al país (25 mil
millones de dólares), la quiebra de centenares de empresas y lo que es
peor, nuevamente la pérdida de vidas humanas.

· Persiguió e impidió el funcionamiento a plenitud de las misiones de
salud, educación, vivienda, empleo etc. en los lugares donde ejerció y
ejerce autoridad.

Estas no son las únicas “virtudes” que adornan el currículo del candidato
presidencial de la derecha venezolana, pero por razones de espacio y
tiempo dejamos hasta aquí el tema con el compromiso de ampliar en una
segunda nota.

arellanoa@pdvsa.com


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Alexis Arellano


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