Claro que es chocante ese futuro con el verbo en pasado: “Mañana fue”. Lo que pasa es que el riesgo de la conspiración y el golpismo alentado desde los Estados Unidos, contra los pueblos de Nuestramérica, es permanente. Es decir, siempre está en presente.
Aunque lo planifiquen bajo los mismos esquemas, siempre el golpe va a ser más voraz y cruento que el de abril del año 2002, cuando secuestraron al Presidente, se inventaron que había renunciado y, mediáticamente, movilizaron a inmensas masas de gente para que se sumara a la lucha racista y de clase en contra de un Presidente pueblo, presidente indios, presidente negros que, desde su llegada al gobierno, por la vía electoral, en 1998, se le etiquetó de “enemigo del imperio”.
Chávez no quiso jamás pactar con los enemigos de este pueblo, con los mismos a quienes él vio con sus propios ojos, hambrear, perseguir, encarcelar, torturar, asesinar, para asegurarse en el poder, en el dominio, en la explotación y en la acumulación de capital, tal como lo contempla el accionar de clase burgués y todos sus aparatos, represivos e ideológicos.
Es porque Chávez no quiso dejar de ser zambo, con verruga, indígena y negro, pobre y arañero con orgullo, que el terror capitalista comenzó a tenderle el cerco para que no llegara muy lejos. Pero en abril de 2002, ya este estratega y gladiador con sello proletario de clase, les había sacado unos cuantos kilómetros de ventaja. No renunciaría, no comería amenazas, no se quebraría. Porque Chávez dejó de ser un apellido y un individuo y se convirtió en un ser orgánico, en un intelectual y soldado hecho miles y obedeciendo a su pueblo para gobernar.
Por eso, aquel 11 de abril, pese a la saña enemiga, a su capital invertido, a sus mercenarios, infiltrados y estrategas, no conseguirían doblegar a ese hombre ni al proyecto que encarna. Y vendría un 13 de pueblo en la calle, de resistencia, de unidad del pueblo, entre uniformados o no.
Pero el asunto es que aquella batalla de golpe, de refriegas, de agresiones y masacres impertinente y mediáticamente disimuladas, para ellos no han sido derrotas ni escarmientos. Y es muy probable que vuelvan a intentar que mañana vuelva a ser de golpe.
Pero, lo importante es que mañana, así de tortuoso y enrevesado como nos tocó conocerlo en 2002, o con sus variantes, no sea más nunca. Que mañana sea futuro para todas y todos, que sea suma de felicidades, que sea libertad y nunca más neoliberalismo, racismo, discriminación, odio, explotación, cosificación de los individuos. Lo importante es que mañana sea Patria socialista que construyamos entre todas y todos.Lo importante es que vivamos y venzamos con auténtico rostro de pueblo.
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