La compensación salarial dictaminada por el Presidente Hugo Chávez, es apenas una minúscula parte de lo que realmente nuestros obreros deberían recibir, sin olvidar que esta compensación se reduce por los efectos inflacionarios, promovidos por la economía de mercado, la especulación, el acaparamiento, y la no productividad de ciertos sectores industriales que juegan a la desestabilización. Siempre y, es común, que cuando existe un aumento de salario mínimo, este porcentaje se transfiere escalarmente a otros trabajadores que ganan más del salario mínimo. Es decir, se convierte por efecto domino, en aumento general de sueldo. Y es aquí donde se atrofia el sistema de sueldos y salarios. En el país existen contrataciones colectivas en casi todos los gremios, estos contratos tienen caducidad, y las mejoras salariales suceden a través de presiones, huelgas, paros escalonados etc. No hay una variable que determine cuál es exactamente el aumento “necesario”, que deben recibir trabajadores de ciertos gremios, como los Maestros y Médicos. Estas negociaciones siempre son a espaldas de la gran masa de trabajadores, llevándose la gran tajada los representantes de sindicatos y gremios y los burócratas de turno. Es así, que debemos estar claros, que la lucha por reivindicaciones salariales pasa primero, por la transformación estructural del sistema económico venezolano. Sino, seguiremos cada 1° de Mayo, recibiendo compensaciones, que a la final solo obtendremos un pequeño beneficio a cortísimo plazo.
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Que pasa con los trabajadores mal llamados buhoneros o informales, donde se mezclan: Artesanos, Transportistas, Vendedores Ambulantes y hasta pequeños microempresarios. ¿Qué pasa? con la seguridad social de esta gran legión de compatriotas que realizan un trabajo productivo (quien no lo quiera ver allá él). Y que en Venezuela tiene una gran representación de la torta económica. Porque no “Formalizar” el sector “Informal”. Es importante ver el origen del empleo informal en el país. Toda la culpa, y en eso debemos estar claros, fue por la mala praxis económica en tiempos cuarto republicanos. Si hacemos un censo de todos los trabajadores informales en este país, nos daremos cuenta que la gran mayoría proviene del campo, y si no, sus padres, que tuvieron que abandonar la tierra para irse a la ciudad en búsqueda de mejor “calidad de vida”, también veremos el grado de insalubridad donde viven, amén de muchos extranjeros que también llenan vacantes en esa área económica. Es paradójico, cuando uno pregunta a un trabajador “Informal” si quisiera trabajar en una empresa privada o del estado, y la respuesta es negativa. Hay un fenómeno, muchos “Informales” ganan más dinero que trabajadores formales, aun cuando los primeros no tienen seguridad social, a veces sus ahorros les permite adquirir seguros y HCM. Una paradoja no? Un país donde existan tantos trabajadores “Informales” no puede adelantar su industrialización, más aún, si esa informalidad, toca, a profesionales de diversas áreas productivas. Ya en Venezuela no resulta sorprendente ver a un ingeniero manejando un taxi, o una bionalista vendiendo tortas, o un técnico superior abriendo una bodega en la parte frontal de su casa. Es una realidad que nos golpea en la cara día a día. El tema es bastante complejo, y largo de tratar, esperemos que los entes comprometidos para buscar la Industrialización del país, tome en cuenta esta variable de la informalidad.
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Es un punto álgido esto de las Prestaciones Sociales; Una de las más grandes debacles del gobierno de Caldera II, y donde Don Teo Petkoff tuvo un protagonismo importante fue cuando eliminaron la retroactividad de las prestaciones, aduciendo, que con ello, se dispararía las contrataciones de personal, y bajaría el desempleo, cosa que no sucedió, igualmente ofrecieron aumentos salariales, cosa que tampoco sucedió. Fue un engaño total y cosa tan rara, el candidato de la derecha, ofrece lo mismo que Caldera II, no nos extraña, ya que uno de sus asesores es Teodoro Petkoff. En fin, la Revolución si es verdadera debe darle un carácter social a los ahorros que por condición de plusvalía le retiene el patrono al trabajador. Sabemos que las prestaciones sociales es una ínfima parte de lo que realmente debería recibir el trabajador por concepto de su venta de fuerza de trabajo. Las Prestaciones Sociales deben de tener características propias, no pueden ser ambivalentes, es decir, un régimen que cubra todo el sistema laboral. Sin exclusión de ningún sector económico. La gran pregunta que se cierne sobre las Prestaciones Sociales, es, si volver a la retroactividad, o a otra fórmula matemática que logre mejorar la anterior. Lo que sí está claro, es que los trabajadores deben manejar sus propios patrimonios. El estado, el empresario, solo deben ser garantes para que todo marche bien, y el trabajador debe estar ojo pelado, en donde va a colocar su patrimonio, pero esa decisión es personalísima, no hay otra.
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La nueva LOT, no podemos decir nada porque desconocemos su borrador, pero si podemos expresar alguna opinión, para nosotros la LOT deber tener o asumir estos aspectos:
- Formalizar a los “Informales”, otorgándoles créditos financieros, e incluyéndolos en la Sistema Integral de Seguridad Social
- Los Fondos de Jubilación, deben ser manejados por los trabajadores, la empresa y un representante del gobierno, y que la administración por una entidad financiera sea de elección del trabajador.
- Creación de los Concejos de Trabajadores en todas las áreas económicas del país.
- Cada empresa debe otorgar ganancias extra-salarial, según sus ganancias anuales a todos los trabajadores por igual.
- Capacitación constante del trabajador, para mejorar la productividad y los niveles salariales.
- Debe existir una “vialidad” económica y política entre el sector empresarial y la Revolución Bolivariana.
- La Misión saber y trabajo, no solo debe tener la participación del sector gubernamental, sino, incorporar fondos de las empresas, de los trabajadores y cualquier otro organismo e instituciones financieras, y así completar un abanico de oportunidades, para el adiestramiento, capacitación y contratación de los empleados y desempleados.
- Y por último, se debe erradicar el sindicalismo rastrero y burdo de cualquier organismo productivo. Evitando así, el sectarismo, amiguismo, partidización política, compadrazgo y la afiliación “a juro” de los trabajadores.
Hasta aquí este documento