Chávez hecho millones

Si hay algo que la oposición venezolana y sus rumoristas expertos no han entendido, es que después de tantos años de revolución bolivariana Chávez no es Chávez, sino que por el contrario somos millones de corazones que latimos y sentimos que este es el camino y que él es el líder.

Nadie dijo que este camino iba a ser fácil ni rápido, todo lo contrario, Chávez siempre advirtió que este camino era el más duro, el más trabajoso y el que requería el mayor esfuerzo educativo y de elevación de la conciencia por parte de los venezolanos.

No podemos negar ni queremos hacerlo –pues con ello nos haríamos cómplices- de las rémoras y de los problemas que aún llevamos a cuestas dentro de la revolución.

Para nadie es un secreto que dentro de este proceso se subieron en el barco con Chávez tirios y troyanos: los chavistas no llegamos del espacio –muchos tienen su historia de adecos y copeyanos- entre los cuales no me incluyo. Muchos de esos encaramados se han aprovechado de la revolución para hacer dinero a expensas de negociar con la derecha, quien a diestra y siniestra ha comprado y sigue comprando algunas conciencias.

Seguiremos viendo a los Aponte Aponte rodar, declarar y actuar bajo nuestras propias narices y aún contra nuestra voluntad y no pasa nada, seguimos permitiendo que estos personajes pululen y se aprovechen de este hermoso sueño. Y nuestras instituciones parecieran cómplices de estos actores de mala fama y de poca monta. Y aún así seguimos luchando.

Resulta fácil para muchos chavistas Light o descorazonados (categoría de la que he tratado en otros artículos) rendirse frente a estas adversidades. Mucha gente de la clase media votó por Chávez soñando con los ideales de Orden, progreso y libertad. Pensando en que por fin! Llegaría un salvador que pondría orden en el caos en que se había convertido el país. No entienden que un hombre sólo no puede con todo un país y que la actitud de todos es vital para cambiar. Dejar de vernos el obligo para ver a los demás, reconocer la otredad y en el otro a un igual que tienen también derecho a vivir bien.

Soñaron con un militar que con mano dura resolvería mágicamente y sin esfuerzo alguno los problemas del país. No escucharon atentamente el mensaje, como si lo hicimos millones de venezolanos que entendimos que Chávez representó y representa el futuro de este país.

No escucharon, se hicieron los locos y siguieron endosándole a uno la responsabilidad que era y sigue siendo de todos.

Y precisamente allí es donde se equivocaron, porque Chávez vino y mandó a parar. Paró el desamor, paró la privatización de nuestra gallinita de los huevos de oro, paró la desintegración latinoamericana, paró con los abusos que desde los USA nos imponían, paró con la expoliación hacia el pueblo pobre, y nos dio dignidad, respeto, esperanza, creyó en nosotros como pueblo maravilloso capaz de manejar nuestro propio destino y de autogobernarnos,.

Creyó en el pueblo noble y gigante de Bolívar, quien liberó cinco naciones a demás de a sí mismo. Nos enseñó que existe otro camino, un camino duro, un camino lleno de obstáculos, un camino de largo aliento que nos rendirá frutos que a los mejor muchos de nosotros no veremos en el corto plazo, pero nos queda la certeza de que lo hacemos y seguimos adelante por nuestros hijos y nuestros nietos.

Y esa certeza, esa claridad es la que estos sectores ciegos, sordos y mudos no entienden. Chávez ya no es Chávez, Chávez en un pueblo, Chávez es un sentimiento nacional que a pesar de él mismo está hecho millones. Chávez es una inspiración para millones de venezolanos que soñamos con una vida mejor, con un país donde todos tengamos los mismos derechos y oportunidades, es un sentimiento de padre, hermano y de familia que los opositores no pueden entender. Y no lo entienden porque se dejaron llenar de odio.

Veo con tristeza cómo estos camaradas han desatado un odio feroz contra el Presidente de la República, no entienden que ese odio es contra el resto de los venezolanos que lo amamos con locura y que lo sentimos nuestra propia familia.

Sin embargo, que trabajo tan de filigrana han hecho los medios de comunicación contra Chávez y contra los bolivarianos. Han inoculado poco a poco un odio insano entre los venezolanos.

Si Chávez ha mostrado las costuras de la lucha de clases y cómo unos atesoraban todas las riquezas y beneficios y otros sólo recibían las migajas, los medios han incitado y desarrollado el desprecio de unos –que tienen todo, hasta las oportunidades- contra otros que históricamente nunca habían tenido nada.

Se olvidan sin embargo, que sólo gracias a la pedagogía permanente utilizada por Chávez en sus miles y miles de horas como comunicador, es que, esos sectores históricamente excluidos tienen voz y voto. Son democracia viva, más allá de la sola representación.

Y es que el propio Chávez insurge contra el Estado liberal que aún no cree que la gente puede autogobernarse y sigue apostando por la gente, por el pueblo llano que educado y preparado tiene la posibilidad cierta de ejercer el poder y de llegar para ejercerlo en su propio beneficio.

De eso se trata, de que más allá de Chávez, está el pueblo; Chávez somos todos, y aunque físicamente por alguna circunstancia el presidente no esté, -supuesto negado de antemano- pero si aún así sucede y sobre todo así entiéndalo de una vez por todas señores escuálidos: saldremos por millones a votar por la esperanza, por el futuro que representa el proceso Bolivariano. Chávez no es él, somos millones que estamos dispuestos a dar la vida por este proceso si es necesario, No se les olvide.


alecucolo@cantv.net


Esta nota ha sido leída aproximadamente 2285 veces.



María Alejandra Díaz

Abogada constitucionalista y representante del Estado ante la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Vicepresidente de la Comisión de Justicia y Tutela Efectiva de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela (2017).

 @MariaesPueblo

Visite el perfil de María Alejandra Díaz para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



María Alejandra Díaz

María Alejandra Díaz

Más artículos de este autor