El 7-O es ahora

Chávez ganará las elecciones. Pero el 7-O es un gran desafío para el proceso bolivariano. Quizás no tenga la forma del golpe de Estado de abril 2002 ni de invasión que atraviese las fronteras

Fuerzas paramilitares ya lo han hecho tomando posiciones en barrios y zonas campesinas utilizando formas de guerra de guerrillas, creando pandillas y bandas, que promueven el sicariato, el tráfico y microtráfico de drogas, de armas y de personas que son prostituidas y/o esclavizadas.

Operaciones que prometen enriquecimiento fácil, sobre todo a los jóvenes. Además, en el momento convenido, pueden desatar una ola de asesinatos políticos, generar un clima de guerra civil, de caos, tratando de transformar al Estado Venezolano en un Estado fallido.

Es una operación política y mediática que recurre a la acusación de “narcoestado”, al terrorismo, a la promoción de desastres, al sabotaje, a secuestros, enfrentamientos gangsteriles, asesinatos, robos, atracos y golpes contra el cuerpo diplomático. Si hiciere falta, y las condiciones políticas lo permiten, intervendrían fuerzas especiales del Pentágono-Otan, para ocupar campos petroleros, bases militares, control de puertos y aeropuertos, etc.

Con seguridad esa operación puede ser derrotada pues esta es una batalla eminentemente política. Las armas no lo deciden todo. Si no, hubiesen triunfado en Vietnam, ya habrían destruido Siria e invadido Irán. Porque nos derrotaron políticamente pudieron invadir Irak, Afganistán y derrocar a Gaddafi.

La oposición anunció que va a la ONU y la OEA a plantear el caso de Aponte Aponte, un protegido de la DEA, saltándose el requisito de agotar las instancias nacionales. Bien sabemos que la ONU y la OEA no son neutrales. La política del presidente Chávez ha garantizado que no estemos aislados. La llamada Cumbre de las América demostró que no pueden hacer lo que les plazca.

Es clave para la batalla política que una red de redes de pueblo y gobierno, pueda arrebatarles el monopolio mediático y con el apoyo de la Fanb sacarlos de sus guaridas, proteger las fronteras y los campos petroleros. Simultáneamente, las redes populares y la fuerza pública deben limpiar los barrios y campos de traficantes y cobradores de “vacunas” como aporte a la paz de los hogares, de la nación y del mundo.

julio.escalona99@yahoo.com


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Julio Escalona


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