Si de jóvenes hablamos, damos cuenta de una interesante experiencia que devela la fibra juvenil que se anida en muchos corazones de los y las millones de personas que constituyen la muy nutrida membresía del chavismo en Venezuela.
Basta ver como personas de distintas edades volvieron a vivir, que volvieron a extender sus brazos para abrazar e inhalar la alegría de la vida, girar sobre si mismo mirando todo el entorno y disfrutar de los multicolores de rostros, de sentimientos, de calor patrio y de la máxima felicidad en cualquier día del año.
Jóvenes fueron y son, las y los indígenas que con su vitalidad defendieron a sus ancestros del vasallaje español.
Jóvenes fueron y son, Antonio José de Sucre, José Félix Ribas, Josefa Camejo, Luisa Cáceres de Arismendi, Ana María Campos, Manuelita Sáenz.
Jóvenes fueron y son, Ezequiel Zamora y quienes fueron integrantes de su ejército también libertador.
Jóvenes fueron y son, quienes en los años 28 del siglo pasado elevaron su voz contra la Dictadura de Juan Vicente Gómez.
Jóvenes fueron y son, la generación que insurreccionó contra la Dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
Jóvenes fueron y son, esos y esas que tomaron la decisión de irse a las montañas para salvar la vida y enfrentarse a los gobiernos pro imperialistas de Acción Democrática y COPEI quienes cerraron todas las compuertas de las luchas democráticas.
Jóvenes son y siguen siendo aquellos y aquellas que insurgieron el 28 y 29 de febrero del año 1989 contra AD y COPEI; así como jóvenes eternos son aquella muchachada que siguió los pasos y escuchó el eco de la voz de Simón Bolívar el 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992.
Aunque por allí aparezcan algunas que otras canas en alguna que otras cabezas de algún o algunas dirigentes, en muchachas y muchachos del pueblo de más de 40 años, de 50, de 60 para arriba, la juventud es espiritual, es del alma, lo demuestra Jesús Cristo y el Dr. Ernesto “Che” Guevara, esos rostros son como sus ideas…no envejecen!
Pues, millones de jóvenes están en las aulas, aulas diurnas y aulas nocturnas, millones de jóvenes están en los centros de trabajo y fábricas, en campos y ciudades.
Si comparamos las políticas consumistas capitalistas en contraste con la cantidad de jóvenes que cumplen con su compromiso histórico, la resultante es que muchos y muchas jóvenes, a pesar de bailar, cantar, disfrutar su edad, pasear, excursionar, asumen la dedicación al deporte, al estudio, a la lectura, a la ciencia, al saber y a las artes e incursionan con acierto en la política nacional.
En cuanto a quienes están desubicados social y políticamente, es un remanente juvenil -que lo decimos con dolor- está absorbido por la cultura del consumo capitalista, es una cantidad reducida de jóvenes pero que tiene el significado como si fueran muchos y muchas, porque su daño es social, además hay una carga de resentimiento social, de exclusión por el color de la piel, de clase social y además, los medios privados de comunicación viven de las páginas rojas con su periodismo amarillista pero a la vez exponen al desprecio de la colectividad a quienes incurren en delitos pero si son jóvenes de las clases burguesas los delitos no son reseñados con la misma intensidad con que lo hacen con los pobres y excluidos porque no da tiempo para informar más y mejor puestos que sus padres burgueses los envían al exterior.
Pero si a ver vamos, todo indica que a muchos jóvenes se los hemos arrebatado a la superficialidad, a superficialidad del consumismo, de la droga, del delito, males típicos del capitalismo y le estamos pulseando al capitalismo porque estos jóvenes desubicados se los tenemos que quitar a esa perversa y explotadora sociedad que privilegia el tener por encima del hacer, tenemos que conducirnos hacia el servir, del amar, valores propios del Socialismo; estos y estas jóvenes desubicados quienes se han reivindicado, se han incorporado al proceso de cambio revolucionario por aquello que “el ser social determina la consciencia”; pues ya todos y todas jóvenes en Venezuela desubicados o no, ya se les ha abierto las puertas del futuro, porque ya hay cupos en las universidades y tecnológicos; hay que amar a los niños y niñas para formarlos desde la más tierna edad para no castigarlos después cuando estén deforme y carentes de valores.
La batalla se la estamos ganando al capitalismo, con festivales y cantos, con valores, con dignidad patria, independencia y soberanía, con Jornadas Voluntarias, con deportes de calle y deportes en campos e instalaciones deportivas, con libros y poesía, por eso y por mucho más, es que la juventud venezolana es Chavista, es roja de alma aunque se uniforme de vino tinto.
Que grande! cuán histórico es el joven o la joven que capte en su centro de estudio o trabajo a otros jóvenes, que tengan la consciencia de convertirse en un rompe ola o un rompe viento contra el capitalismo brutal y revuelto para que cada joven sea en la brevedad y en circunstancias actuales, una reedición contemporánea de Sucre, de un Miranda, de un Ezequiel Zamora, de una Ana María Campo, de una Juana Camejo…de una Simona y/o Simón Bolívar!
La batalla donde demostrará fehacientemente que ser joven es estar con la patria, es estar con la Independencia y la Soberanía, es votar por Chávez el próximo 7 de octubre. Ser joven es una cuestión espiritual, pero la inmensa juventud de edad y de espíritu también en Venezuela es chavista!
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