El Presidente Chávez y millones de venezolanos que lo acompañamos en la construcción de la Revolución Bolivariana lamentamos el comportamiento de quienes se autocalifican como oposición. Deseamos un comportamiento enmarcado en las ideas constructivas y en el marco de la Constitución, sin dejar de asumir una posición crítica que al fin de cuenta la aspiramos de ellos y de la misma militancia revolucionaria. Siempre será fuente para mejorar y avanzar en función del colectivo.
Ocurre, y es lo lamentable, que desde el mismo momento en que Chávez gana las elecciones de l998, quienes fueron desplazados del poder político y económico se han dedicado a practicar un oposicionismo típico de organizaciones radicales y de ultraderecha, y aunque muchos no lo crean, han tocado los espacios del fascismo. Para mala suerte de ellos, es precisamente su candidato a la presidencia la pieza referencial, cuando el día 12 de abril de 2002 se atrevió a practicar la barbarie contra la embajada cubana y perseguir de manera agresiva a revolucionarios como Rodríguez Chacín y Tarek William Saab, entre muchos. Bochorno. Pagina oscura, triste e imborrable para el currículo de quien ahora no quiere hablar del pasado, no reconoce su error y se presenta como progresista. ¡Qué riñones!
Para bien de nuestros compatriotas, la memoria histórica se ha convertido en parte sustancial de esta Revolución. Los medios de comunicación del proceso se encargan a diario de refrescar y hablar muy claro acerca de lo que hemos sido y seremos. Nos afincamos en el pasado, la experiencia, los errores y el debate de las ideas para construir la nueva patria. Y es precisamente el momento cuando el Presidente Chávez juega un papel estelar. Su afán por la discusión, el debate y la propuesta ocupan una agenda que a diario se elabora y comparte con el pueblo, como principal protagonista de los cambios.
Entonces es justo afirmar que para suerte y orgullo de todos, contamos con un verdadero líder. Positivo y humanista. Incansable y luchador. Que quiere a su pueblo y éste lo respeta. Por todo esto decimos que ojalá quienes se asumen de oposición pudieran pisar tierra y se empeñaran en hacer de la política una práctica para la transformación social. Ojalá se alejaran de la práctica del sabotea, la desestabilización y la necrofilia. Ojalá se atrevieran a compartir la alegría y la esperanza que siente el pueblo venezolano y latinoamericano por contar con un líder como Hugo Chávez, convertido en candanga para la testaruda oposición y los mandamás imperialistas del norte. Y por si lo quieren saber…Ahí está y estará, vivito y coleando.
revolcones76@yahoo.com.ve