La tarea

Desmantelado el complot por el que se pretendió eliminar a Andrés Manuel López Obrador de la contienda electoral del 2006, la sociedad mexicana entró en una especie de calma chicha, solamente aderezada por los habituales deslices foxianos. Confieso mi apreciación de que hubiera sido conveniente una mayor duración del embate, dos o tres meses más, en términos de consolidar los compromisos y las alianzas. El grave riesgo actual es el triunfalismo y la caída en el tobogán de las complacencias. En efecto la cancelación del proyecto del desafuero y de la defenestración de AMLO fue un triunfo del pueblo, que se organizó y se movilizó en torno a un personaje y a un proyecto alternativo de nación, ambos amenazados por las truculentas maquinaciones de quienes ven peligrar sus privilegios. No nos confundamos, la de Fox no fue más que una retirada táctica de una batalla perdida desde su diseño; ahora apuestan por la desmovilización , el olvido y por la tradicional fragmentación de la izquierda cuando se siente cerca del poder. Quien recomendó la táctica a Fox y compañía no es, ni con mucho, un ignorante. En una segunda instancia apuestan a que AMLO pueda ganar la presidencia pero sin ganar el poder, en cuyo caso asegurarían el fracaso del proyecto alternativo y la vacuna para impedir se vuelva a intentarlo.

Es pues menester tener muy claro el panorama y, especialmente, los instrumentos de poder de quienes pretenden mantener sus privilegios y las correspondientes debilidades de quienes aspiramos a transformar afirmativamente la realidad en busca de la justicia, la libertad y la democracia. En lo inmediato es indispensable mantener viva la movilización y fortalecer su liderazgo, sin cortapisas de ninguna especie, incluso (perdón por lo que voy a escribir) sacrificando anhelos de una democracia testimonial temerosa de entregar el poder a una persona; acepto correr el riesgo (remoto por cierto en caso de AMLO) de la implantación de un autócrata cuando, en contrapartida, tengo la certeza de continuar y profundizar el actual esquema de injusticia. Entre otros aspectos importantes habrá que sacrificar proyectos personales o de grupo cuando así lo reclame la dirigencia. Insisto que lo importante no es solamente ganar la presidencia de la república, sino el poder. Ello implica que será necesario lograr un triunfo electoral incuestionable y contundente, acompañado por una fuerte mayoría en las cámaras de diputados y senadores, así como de los gobiernos locales en proceso electoral , incluidos los actuales del Estado de México y de Nayarit.

Se requiere consolidar el poder político porque el tramo más difícil del proyecto va a ser el desmantelamiento de las ataduras que han reducido a su mínima expresión la capacidad del estado para generar y conducir los cambios que el pueblo demanda, lo que implica un pesado tramo de negociaciones con los grupos de poder real y, de manera especial, con el poder financiero internacional. Este es un tema frecuentemente ignorado o soslayado por muchos voceros de la izquierda tanto la política como la intelectual; se piensa que basta la voluntad popular para transformar la realidad y no es cierto, primero porque esta es volátil y, para no ir más lejos, una moratoria a las importaciones de maíz o una restricción a las remesas de los migrantes serían suficientes para voltear la voluntad popular contra el proyecto. Aclaro: en la actualidad la capacidad de producción maicera sólo cubre poco más de la mitad de las necesidades y, aún con la mejor política de fomento, tomaría más de un año incrementarla; los Estados Unidos necesitan a la mano de obra migrante, pero no necesariamente mexicana, pues tienen una sobreoferta de migrantes centroamericanos, asiáticos y africanos; ambos casos, entre otros muchos, expresan la alta vulnerabilidad del estado mexicano a la presión externa.

La tarea no es sencilla, pero es imperioso realizarla. Primero asegurar el poder político popular y sostenerlo. Dotar al régimen popular del respaldo necesario para que tenga mayor capacidad de negociación. Por último, y sólo por último, cuidar que no devenga en autocracia.

Correo electrónico: gerdez999@yahoo.com.mx


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Gerardo Fernández


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