Casi que la fatalidad de la vida dirigió a muchos universitarios y universitarias a ser estudiantes de Luis Velásquez Alvaray en la Universidad de Los Andes; para vergüenza de la inmensa mayoría que sienten sus mejillas encendidas por el infortunio de haber tenido a tamaño personaje como docente. Además de escuchar su crítica recurrente y hasta tediosa que las aulas donde le correspondía “dictar cátedra” no contaban con estrado para proyectar su voz y sus densos conocimientos, además que interpretaba como una ofensa a su majestad profesional, que la pizarra fuera muy pequeña!
Las actitudes de Luis Velásquez Alvaray le ganaron el mote entre sus estudiantes y colegas profesores de “El Catedrático Sideral”. Su condición de abogado, sociólogo, dirigir un periódico regional, le abrieron la posibilidad de codearse con la élite en la andina Mérida que lo colocaban de ejemplo como una pujante figura que venida desde Barinas le daban una condición de batacazo en la vida política, institucional y mediática de ese lar universitario por su ascenso meteórico en la escena regional y nacional puesto que su proyección le dio para ostentar la condición de diputado con importantes responsabilidades que lo catapultaron luego hacia confines del Tribunal Supremo de Justicia.
Las y los admiradores de Velásquez Alvaray quedaban embelesados de tan rutilante trayectoria en distintos escenarios donde le correspondió desempeñarse que se le fueron dando como factor de suerte, no porque él se lo haya propuesto, no! Nunca! que de tener continuidad su ascenso de seguro que se hubiera ganado el Gordo de la Lotería para una vez más despertar la admiración de propios y extraños porque tenía todo a sus pies.
Velásquez Alvaray no dejó nada al azar, ni confió del todo en su signo zodiacal, nunca confió en nadie, su proyecto personal estaba muy bien entramado, pero algo salió mal, él mismo se preguntará: -¿pero en que fallé? ¿Cuál cabo suelto dejé?
Su partida al extranjero fue tan precipitada y con tantas evidencias que ni los opositores de entonces -2006- le creían, ni le servirían de escudo y en tanto que en las filas del chavismo un dedo colectivo lo señalaba.
La sentencia colectiva y de la historia le muestran el expediente: vivelavida! aprovechador de la cosa pública! infiltrado!
La tranquilidad de toda esta agitada trama de un vulgar profesor vivelavida, la vivió una joven pelirroja del estado Táchira quien en tres veces consecutivas salió aplazada con este florido “profesor universitario”, ella prefirió abandonar la universidad ante que ceder a las pretensiones indecorosas, las miradas lambuceadoras del profesor embraguetado que se consiguió todas las veces con la dignidad como pared de la inmensa mayoría de las estudiantes o decirlo mejor con todas las letras con la mayoría de las estudiantes.
Hoy, para más vergüenza de quienes tuvieron la deshonra de tener un profesor de tal naturaleza, Velásquez Alvaray desata toda una ventolera de corta frases, muy distintas y distantes, a las que expresaba en las aburridas clases, porque tanto quería abarcar porque quería vacilarse la distinción de Profesor Universitario como un status social más pero sin la convicción de serlo.
Habría que ver cuál calificación le colocaran hoy quienes ayer fueron sus estudiantes. ¿Todo debido a qué? Hoy despotrica del proceso socialista bolivariano que transita Venezuela, pide disculpas a los y las venezolanas, claro! Busca la Green Card porque Centro América vive una convulsión social como el resto del mundo y donde él cree que pudiera gozar de más bondades es en EE.UU. y tonto que no es, empieza subastarse para que el gobierno norteamericano cotice por él y les abra las puertas de Miami.
Pero qué bofetada a la condición sublime de la docencia, hasta Carmona Estanga es catedrático y docente en Colombia, así como en otras latitudes lo son Tony Blair, José María Aznar, Bill Clinton, George Bush, de seguro Nicolás Sarkozy, Felipe González, entre otros y otras, quien nunca se prestará para tal condición será el Rey de España qué saldrá de cacería para África y para la enfado de la política venezolana lo será el desdén con que Jaime Lusinchi se dirige sobre la educación puesto que no hay mayor satisfacción para su palmaré académico que campanear un añejo en cualquier país del trópico, ah! Pero Velásquez Alvaray tiene sus propios cálculos que si se descuida Eligio Cedeño lo desensilla de la televisora y se apropia de Soi TV y de fondo de pantalla coloca una foto de él mismo.
Ahora habrá que ver qué saldrá si se mezclan en un laboratorio las nociones, distinciones y conocimientos de Brewer Carías, Daniel Romero y Velásquez Alvaray, así como los y las demás connotadas abogadas.
Viene a continuación la siguiente pregunta y con ella no queremos ofender a nadie, pero: - ¿Quién quiere tener un “profesor universitario” así? ¿O para dónde lo mandaría Ud.?
@gasparvelasquez
Facebook / Gaspar Velásquez Morillo