Pero otro pasaje que vale la pena colectivizar es que estuvo de visita en estos días en Caracas un joven prospecto venezolano que dentro de poco, muy poco estará haciéndole compañía en la Fórmula 1 a Maldonado, aunque a decir verdad son varios los prospectos y hasta una linda y joven chica de Maracay ya hace presentaciones de lujo en las pistas europeas dejando en silencio a competidores masculinos, de manera pues que nuestros y nuestras atletas de los motores están ya muy cotizados en el exterior, donde scout o cazadores de talento han observado interesantes condiciones a las y los velocistas venezolanos, porque hasta han dejado los dientes en las pistas como Milka Duno por dejar en alto el nombre de Venezuela, toda esta experiencia de valor y arrojo personal puede marcar historia en el mundo de los motores de alta, de muy alta cilindradas.
Como buen venezolano, los corredores nuestros siempre son hospitalario, gentiles, cordiales e invitaron a conocer a Caracas que está muy linda a un joven corredor de otro país que al igual que los nuestros hace campaña en el exterior.
En una oportunidad, ya en la capital venezolana, el anfitrión criollo en un gesto de cortesía le dice al joven piloto extranjero en plena vía que se va a orillar para que si quiere manejar un rato lo haga y sentir esa sensación que condujo en Caracas y luego la escriba en su Diario de Viaje, el piloto extranjero le responde de manera, discreta y evasiva y le agradece el gesto: - No gracias, sigue conduciendo tú. Pero riposta el piloto venezolano: -Pero por qué, yo lo he hecho en tu país cuando me presta tu carro de paseo familiar conducimos respetando todas las reglas de tránsito porque no estamos en las pistas donde también se respetan todas las condiciones para conducir. La respuesta del piloto extranjero que nos dejó asombrados y pensativos: -Es que ya tengo tres días en Caracas y me da mucho miedo como conducen aquí los motorizados en cualquiera de las avenidas y calles. Uff! Es de espanto!
Arrugó pero tiene la razón. El Piloto de F1 arrugó en Caracas, ante el pánico que le origina los motorizados y su suicida forma de conducir, el enjambre de motos se abren paso con sus ensordecedores pitos dando a entender a lo bravo “!abran paso que aquí voy yo!” pero también provocan no solo la desgracia propia, si no también la desgracia de padres y familia; basta ir a un consultorio u Hospital de traumatología para ver jóvenes lisiados, amputados, con muerte cerebral y cuando menos sin mejillas y nariz porque hasta conducen sin cascos retando al viento.
Por cierto, un joven motorizado que no toma escarmiento, es amante fiel de la velocidad y a pesar de lo que le ocurrió no se siente intimidado para retomar ahora con un solo ojo su acostumbrada velocidad en la moto, resulta que un carro que iba delante de él piso una tuerca ésta salió impelida que se le clavó en un ojo, ojo por el cual dejó de ver, hoy cuelga en su pecho como un escapulario esa tuerca, la lleva como un amuleto y aún conduce sin casco porque le gusta sentir la brisa, sentir la adrenalina por su cuerpo, ver como a su vertiginoso paso por la ciudad, se apartan transeúntes, viejitas y viejitos que al ver venir al motorizado suicida y potencial arrebatador de vidas se les olvida que tienen reumatismo y cruzan raudos calles y avenidas ante de que les ocurra un fatal desenlace; hasta autobuses, camioneticas, yises, se apartan, los fiscales de transito que patrullan con motos miran hacia otro lado cuando perciben por el desaforado ruido de sus máquinas de dos ruedas que a la distancia viene un motorizado suicida.
¿Quién habrá declarado las calles y avenidas de Caracas como propiedad de los motorizados suicidas?
Ya entramos en razón del por qué arrugó el visitante piloto de Fórmula 1 en Caracas.
Pero advertimos, si hay motorizados responsables de sus deberes y derechos pero por unos pocos pagan la inmensa mayoría. No es justo!
@gasparvelasquez
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