Alvarito es jactancioso, aunque disimula victimizándose y colocando el bienestar del sufrido pueblo de Colombia como su estandarte e inspiración social y cristiana; que si él se diera cuenta –él se da cuenta- como el común del pueblo colombiano le hacen en cada tic tac del reloj un recordatorio de su línea materna porque es innumerable el daño causado a Colombia por él.
El palmaré de Álvaro Uribe no es para nada envidiable basta ver como un jefe de Estado y de Gobierno pone a su disposición todo el andamiaje institucional en tiempo de paz, sin beligerancia declarada, con vulgar violación de toda forma y contenido del derecho internacional y se lleva secuestrado a Rodrigo Granda un conocido activista de una organización beligerante colombiana contra su gobierno desde el pleno centro!, del centro de Caracas! en clara burla y desprecio a la soberanía de Venezuela, la actuación alevosa de Uribe es equivalente a hollar la patria o es semejante a ultrajar el recinto sagrado donde reposan los restos de Simón Bolívar.
Así como le dio el visto bueno al bombardeo aéreo al territorio ecuatoriano, pueblo inocente de las actividades insurgentes y contrainsurgentes como también lo es Venezuela pero Alvarito dictaminó también y catalogó a esos suelos también bolivarianos como santuario de las guerrilleras colombianas.
Pero con cuál argumento se puede justificar tamañas aberraciones e irracionalidades.
En Colombia pulsean sobre la mesa, el terrorismo de Estado y los golpeados sectores sociales víctimas de desmanes de la clase dominante, pero un aspecto a seguir es que sectores de la institucionalidad jurídica gradualmente se han venido visibilizando tímidamente y no será muy distante el tiempo cuando se miren cara a cara la política y el ejercicio que hicieron y hacen de ella los partidos devenidos a menos e impuestos a la fuerza en la escena nacional y quienes desde las universidades y centros de investigación del derecho con el antecedente de la decisión libertina, impositiva de la élite política que sin criterios de negociación, sin cumplir los extremos legales dieron la insólita autorización de bombardear, acribillar y acabar con la vida de magistrados, así como con la vida de involucrados o no en la toma de la Suprema Corte de Justicia que en ese episodio doloroso y testimonial no hubo respeto al Estado de Derecho ni a sus instituciones por parte del propio Estado y de quienes lo dirigían.
Digo con sinceridad que para ese entonces tenía menos edad y siempre sentí curiosidad por el muy extraño proceder de la clase política, si mi interpretación no es del todo fotográfica desde Colombia -por supuesto- la conocen mejor que yo y por supuesto agradezco el hacerme las correcciones del caso y disculpen mi ignorancia.
Esa situación es una soterrada lucha que está dándose, independientemente de intereses comunes o no, ese desenlace marcó la esfera jurídica y repetimos algún días se verán la cara unos a otros.
Allí también están pulseando independientemente que pueda ser que no afecten el estado de dominación de las clases dominantes pero habrá un reacomodo con Juan Manuel Santos por lo que Uribe puede verse en serios aprietos cuando la estructura jurídica vaya adquiriendo cuerpo, se rehaga, y haya la independencia de poderes. Vale destacar que no nos hacemos ilusiones con Santos.
El espejo es que las dictaduras argentinas y sus protagonistas han sido desplazados por el pueblo en años posteriores de luchas que se extienden al presente y este pueblo no desmayó en su empeño y están los artífices de estas dictaduras con sus atropellos y violaciones de derechos humanos en el lugar donde deben estar. Véase en ese espejo Alvarito…tiene Ud. muchos frentes simultáneos de combate.
Rolitranco: vocablo venezolanista que se le acuña a las personas que no son buena gente. Se utiliza además para definir características de violadores de territorio de países fronterizos, también se usa para violadores de los derechos humanos y a quienes no le importa el recordatorio materno.