Hasta ahora en mis análisis de la situación política venezolana he evitado personalizar al candidato de la oposición; pero ante las evidencias del comportamiento irresponsable de CAPriles no queda otro camino que demostrar en los hechos y en el discurso las actitudes de este personaje.
Lo primero que debe llamarnos a la reflexión del candidato opositor es su actitud antagonista y de permanente ataque y desprecio por la mujer venezolana. Por qué digo esto? Veamos: en su discurso público este candidato ha dicho: “Yo sé por quien van a votar las mujeres, chocolate nuevo!!!” Quiere decir que las mujeres venezolanas somos tan frívolas y tan poco inteligentes que vamos a votar por el físico de un individuo, antes que por el programa de gobierno de un candidato. Por ahí lleva un strike.
Ahora analicemos su discurso al referirse a su propio estado físico y delgadez, asumiendo él y sus asesores -gringos, brasileños y venezolanos- una vez más la estupidez de las venezolanas, quienes votaríamos por el físico ¿arrollador? del candidatazo pues. Segundo strike.
Pero lo más grave sin duda alguna es el permanente ataque al que han sido sometidas las compañeras del Sistema Nacional de Medios Públicos; quienes a patadas, empujones, jalones de cabello y demás especies, han sido humilladas, vejadas y además despreciadas por este individuo y su entorno de seguridad, así como por sus compañeros de fórmula y partido. Recordemos que un discurso político o de cualquier otro tipo incluye los silencios o evasión de preguntas como una forma de decirnos algo. En su discurso el candidato opositor muestra signos evidentes de permanente evasión a los temas sensibles a la sociedad venezolana, y por tanto, el ataque es evidente cuando ignora a las periodistas del SNMP o simplemente banaliza o ridiculiza las intervenciones de las compañeras. Esa sin duda, es otra forma de agresión mucho más sutil, pero igual es una forma de violencia estructural. Tercer strike.
Imposible en este análisis evadir el hecho de que Capriles –lobo disfrazado de cordero- muestra en el discurso y en los hechos un profundo desprecio por el 52% de la población venezolana. Y estos hechos no son recientes, recordemos lo que ha hecho durante su gestión como intentó cerrar los CDI, atacó a los médicos cubanos, expulsó a los estudiantes de la sede de la Gobernación, y otros hechos más que vale la pena mencionar. Sólo y gracias a una medida cautelar que dictó la Sala Constitucional del TSJ, en ponencia de la Magistrada Luisa Estela Morales Lamuño, pudo detenerse el atropello que este candidato y actual Gobernador del estado Bolivariano de Miranda inició contra la Misión Barrio Adentro. Sólo eso pudo atajar su fascismo desbordado contra un programa social que ha salvado cientos de vidas y ha atendido a millones de venezolanos que por un razón u otra, no han tenido o tienen acceso a las clínicas privadas y han permanecido históricamente excluidos, especialmente estos se refleja en la población femenina.
Como si fuera poco, en días recientes el candidato Capriles –frente al hecho de haber botado a la basura las cartas de sus seguidores en Maracaibo- lo cual ha negado una y dos veces –tal cual como Judas con Jesús-, demuestra aún más la tesis, del insulto y la ofensa que, hacia lo femenino, el candidato opositor refleja. Ignorar e invisibilizar el hecho de haber desechado la esperanza de estas madres de familia que lo que buscaban era un punto de apoyo, para despegar de sus situaciones de pobreza sin resolver, es un acto de suprema incapacidad. Y esto concluyentemente significa que, este candidato está ponchao frente a la opinión pública venezolana, pero sobre todo frente a las mujeres venezolanas.
En el fondo, el ponchao de la oposición no ha entendido que el pueblo venezolano, pero sobre todo las mujeres venezolanas, -madres, padres, amantes, amigas, es decir, TODO- somos mucho más inteligentes, de lo que candidato y sus asesores creen. No permitamos que el desprecio profundo que el candidato opositor muestra en su discurso y en los hechos invada a Venezuela.
Que quede claro: no significa esto, que debemos hacernos las ciegas, sordas y mudas, frente a los miles de problemas que aún hoy tenemos. No nos hacemos la vista gorda frente a la corrupción que aún hoy, a pesar de que la Fiscalía y la Contraloría tienen abiertos e investigándose y castigados más de 580 casos y ahí me detengo: No sólo se investiga y castiga a los opositores sino que también se hace con supuestos revolucionarios, que se valen de esta condición para aprovecharse del erario público; y estos son los peores, porque no sólo traicionan a la esperanza de un pueblo, sino que traicionan su propia condición humana.
Y es que, sobre todas las cosas, este sistema –aún en construcción maravillosa y colectiva- es la única salida frente al sistema liberal y la concepción capitalista de que las fuerzas del mercado deben fortalecerse y debe minimizarse al Estado y su acción. Sólo este sistema de inclusión, ha dignificado y realza la condición humana de la mujer, y la del hombre también, pero sobre todo la nuestra, por el papel que jugamos en la sociedad. Capriles no nos quiere, sus hechos y discurso lo demuestran, no nos llamemos a engaños.
Y es por ésta, y por muchísimas razones más, que debemos acudir por millones a la cita histórica del 7 de octubre próximos, a respaldar la esperanza y la posibilidad de un mundo mejor para nuestros hijos y nietos, es un deber irrenunciable, es por la patria.
alecucolo@cantv.net