Uno de los fenómenos más interesantes de analizar de la actual dinámica política venezolana, y que sin duda plantea una serie de incógnitas, es el
papel que en ella juega el sector militar. Y traigo este tema a colación, después de haber visto y escuchado la intervención que, en la
tarde-noche del 13 de este mes de junio, en el auditorio del Ministerio del Poder Popular para la Defensa, tuvo el Presidente Hugo Chávez,
vestido de militar, ante un grupo de oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
Durante su intervención el Presidente Chávez estuvo acompañado por varios funcionarios de su gobierno, entre los que figuraban el Vicepresidente
Ejecutivo, Elías Jaua, el Ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, y el Ministro de la Defensa, Henry Rangel Silva. En la primera
fila del auditorio estuvieron sentados otros funcionarios, destacando los ministros del gabinete que son militares activos, todos vestidos de
militar.
Aprovechó la ocasión el Presidente Chávez para hablar del fortalecimiento que ha alcanzado la FANB, tanto desde el punto de vista organizativo, como
de su pertrechamiento y del desarrollo de la industria militar venezolana, gracias al apoyo de los gobiernos de países como Bielorrusia,
China, Irán y Rusia. A través de algunos contactos televisivos, el primer mandatario nacional dialogó con las autoridades militares de algunas
regiones del país, quienes le manifestaron su lealtad, saludándolo con el lema “Independencia y Patria Socialista”. Incluso, un grupo de jóvenes
soldados paracaidistas, portando boinas rojas, le dedicó unos alegres cánticos militares. En resumen, todo un ambiente castrense que obliga a plantear la incógnita, en la línea de los tiempos futuros, cortos o largos, sobre el mayor o menor acento militar que tendrá la sucesión
del Presidente Chávez, una vez que ésta se inicie.
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