José Martí decía: ¿Qué es pensar sin obrar, decir sin hacer, desear sin querer?
(Hoy más que nunca es y será de vital importancia, que nuestra Revolución Bolivariana camine sobre rieles de futuro social y provisor, para contrarrestar la oscura intención de cualquier personero disfrazado de falso demócrata, que bien caro y en contra de nuestra voluntad pretenda llevarnos por un camino sin esperanza, y sin boleto de regreso al futuro)
En
esta acelerada y globalizada era moderna de gran crisis energética,
ningún país grande o pequeño podrá desarrollarse de forma sostenida, si
sus vías de comunicación no están en buena parte integradas por un
sistema de transporte masivo de pasajeros y de carga a escala nacional.
He aquí un
ejemplo: Carabobo y Aragua, son dos estados estratégicos desde el punto
de vista industrial, que muy bien pudiesen estar conectados por un
ferrocarril interurbano, para trasladar confortablemente a las personas
con diferentes destinos en ambos sentidos.
El ferrocarril en Venezuela tiene sus raíces históricas liberadoras.
Quizá, hombres de a caballo cercanos a la Gesta Libertaria anhelaron para la Patria Grande aquel innovador invento.
La clara percepción de los que ambicionaban para Venezuela una red ferroviaria, desde el comienzo tuvo
sus detractores. La complicidad para boicotear aquella visión
progresista no cesó, hasta que llegó la Revolución Bolivariana, y
rescató lo que nos habían arrebatado los enemigos a futuro de la Patria,
para que no nos desarrollásemos como Nación, para que nos quedásemos
solos y anclados en un pasado sombrío tercermundista.
Por el Dios de Abraham, allá viene el ferrocarril, y el sonido de sus bocinas nos anuncia que viviremos sanos para crecer y vencer.
(*) San Joaquín estado Carabobo
julio.cesar.carrillo@hotmail.com