El título del epígrafe, es un adagio alemán, que queremos traerlo a nuestras circunstancias y sucesos a propósito de tiempos venideros de corto y mediano alcance, se trata del panorama que está pintando la derecha venezolana en conjunción con factores externos, acerca de lo que se denomina el Plan B con respecto a las elecciones del próximo 07 de octubre. Como bien sabemos, sin animo de triunfalismo, todos los indicadores de opinión y mas importante lo que se recoge en la calle, indican o nos dan la ruta de una victoria contundente.
Es importante apropiarnos de lo que consideramos el juego de lo que esta en juego, queremos decir que, no solo se trata del avance y profundización del proyecto de patria hacia el socialismo, lo que no se oculta y cada vez más, se define como la vía del socialismo a la venezolana en el marco de mas poder para los que nunca han tenido poder y la inclusión de los que nunca han tenido la oportunidad de ser incluidos. Eso está en juego de nuestro lado, pero no es un adefesio decir que del lado contrario, con intereses opuestos, está en juego la perdida de la dominación de siglos en nuestros confines.
Es por ello, que cada día que pasa, la cosa se va poniendo digamos que mas interesante, no obstante ese mas interesante, debemos ponerle la lectura adecuada, de tal manera que no perdamos la perspectiva de ese juego trascendental para la patria, en la medida que nos acerquemos a la fecha electoral, en esa misma medida, crece el peligro de una confrontación donde nos jugamos la vida y a Rosalinda, personaje de Don Rómulo Gallegos que personifica la apuesta o nada precisamente de lo que está en juego perenne.
Nuestras fuerzas, estoy seguro, como lo dice el Comandante, deben engrasarse para lo que viene y depende en primer lugar de la unidad de propósitos y una solida campaña política electoral que no solo abracemos el triunfo, sino que lo sepamos defender de lo interno y lo externo, a toda costa y peligro que podría ser inminente y decisivo en esta dura batalla, porque necesariamente en la medida que entendamos la magnitud de ese peligro, crecerá como la hierba bendita lo que estamos seguros nos salvará de la ignominia y la desesperación de quienes nos ponen a prueba en la defensa de lo que se ha hecho y lo que está por hacerse en función de la independencia y la construcción del socialismo que queremos y es posible. Este es el momento de la mayor vigencia y oportunidad, al gritar al mundo. ¡Viviremos y venceremos!