De muestra, la gloria de Simón Bolívar se esparcía como haces de luz que daban justificada luz a todo este continente latinoamericano; recogemos –parafraseando- lo expresado por Pablo Morillo, el militar español de más alta jerarquía que comandó los mayores ejércitos de ocupación de entonces en el “nuevo mundo” cuando en Santa Ana de Trujillo después de la cita trascendental, aseveró con un dejo de envidia y admiración contenida “…y pensar que ese hombre de tan baja estatura tiene estremecido la mitad del mundo”.
Lo aseverado por Morillo sobre El Libertador da la dimensión y la repercusión de lo que el Ejército patriota alcanzó empuñando la espada con bravura y virtud patria; Morillo sabía por academia y por su experiencia propia que se estaba enfrentado a llaneros, campesinos, citadinos, indígenas, negros, mulatos, pardos, esclavos libertos como resultado del estudio sociológico de Simón Bolívar expresados en la insondable e imperecedera Carta de Jamaica; además a quienes de distintas tierras vinieron a sumarse a su lucha. Morillo mordió el polvo de la derrota y su amplió y rutilante expediente del más condecorado estratega militar español se vio opacado por las consecutivas derrotas militares recibidas: era la lucha de una inteligencia contra otra inteligencia, lo que sucede es que la inteligencia vernácula en cada pulsación de su corazón estaba impregnada de sentimientos patrios, de libertad, coraje nacionalista, latinoamericano independentista. Es como hoy la lucha por el no retorno.
En esta época histórica quizás con mayores complejidades, o por lo menos con mayores factores intervinientes, pero el motivo ahora es sostener la independencia y soberanía de la patria venezolana y latinoamericana y mantenernos fueras de las fauces del yugo imperial mundial; en este pulsear surge en escena el Comandante Chávez porque lo dicen los hechos mismos y la trayectoria pero el Comandante Chávez ha arrancado a Venezuela del ostracismo, de la mendicidad oscurantista, donde la confinó la Oligarquía y sus partidos políticos; ya la patria de Simón Bolívar cuenta con hijos e hijas que asumen con hidalguía el vinculo filial bolivariano, lo hacen con orgullo, recibiendo las bendiciones de los pueblos, tanto el pueblo propio como los pueblos de muchas latitudes que han sido destinatarios de la ternura de la solidaridad; a la par, Venezuela se ha posicionado en el espacio sideral de las ideas y en el cosmo mismo con el satélite Simón Bolívar y ahora con el Francisco de Miranda que más que sofisticados instrumentos satelitales – y nunca serán suficiente los homenajes- es la mirada vigilantes de nuestros insignes Libertadores, luego con el tercero, será el de las “glorias patrias latinoamericanas”.
Entonces el por qué se le reprocha a la Fuerza Armada Nacional que se autocalifique Chavista.
Vayamos a ver quien reivindicó a la FAN en su hilo histórico y en contraste quienes las sumergieron en el lodo burgués de francachelas, burdeles domingueros o generalas sin academia y sin hacer turno de guardia ni de una hora para cuidar nuestras fronteras patria.
Entonces, está más que justificado y que por cuenta propia se den la licencia de autocalificarse de chavistas o es que el nombre de chavista es sabanetero y no es de abolengo, pero que sean la propia FAN quien escoja si su esencia la interpreta que sean calificadas de Guanapistas, Calderistas, Borguistas, Caprilistas, Ramosallupistas, Ibañistas, Betancuristas, Siscolopistas, Paecistas, Planistas, Ledezmistas, Lamedistas.
Tamaña vergüenza!
En la FAN ha reverdecido el fervor patrio y en la continuidad de su hilo histórico, por eso se entiende, que son Chavistas.
El autor es Periodista y Profesor Univesitario
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