El ministro de la Cultura, Farruco Sesto, a quien admiro sin conocerlo personalmente escribió un folleto llamado “porqué soy chavista”. Mis amigos y conocidos siempre me interpelan por el hecho de ser chavista, unos me apoyan, otros me miran con aprehensión y otros me adversan directamente. No falta la pregunta impertinente o capciosa: ¿cómo es posible que tu, siendo inteligente (gracias por el cumplido) eres chavista?. A unos y otros les respondo con mucha seguridad y énfasis que yo no soy chavista. ¡Claro que si!, me increpan, tu tienes las características de todo chavista: compras el diario VEA, la ÚLTIMAS NOTICIAS (estoy a punto de dejar de adquirirla, luego de oír en Radio Nacional lo planteado por el Prof. Vladimir Acosta), oyes Radio Nacional, ves VTV, has convertido el “Aló Presidente” en un culto dominical y todos los días revisas la página de APORREA. Eres el propio chavista fanático, me concluyen.
A pesar de que todo lo anterior es cierto: que dejé de comprar EL NACIONAL desde hace 4 años, lo cual no implica que no lo lea, sólo para seguirme convenciendo de que es un periódico que ha perdido todo tipo de credibilidad y, por tanto, de importancia; que considero, (como lo digo siempre en mis clases de la universidad y en charlas en las comunidades donde me invitan), que Aló Presidente es una CAPEP, es decir, una CÁtedra Permanente de Educación Popular; que las páginas web que más reviso son APORREA, REBELION, RED VOLTAIRE, RED BOLIVARIANA Y SOBERANÍA.INFO, todas vinculadas al proceso revolucionario, pese a todo ello, insisto, yo no soy chavista.
¿Qué porqué no soy chavista?. Porque Chávez, respondo, es un ser humano que está vivo y, por ende, puede cambiar de criterios (cuestión que dificulto a estas alturas). Vieja es la frase de que no hay que seguir a hombres, sino a ideas, a principios, a proyectos de sociedad. ¿Se imaginan dónde estaría ahora si me hubiese declarado miquilenista, teodorista, pompeyista, o seguidor de cualquiera de estos individuos que condujeron esperanzas, anhelos y hasta vidas, para luego dar la voltereta de 180 grados y terminar mordiéndose la cola como las serpientes?. Por eso no puedo ser chavista. Lo que si soy es revolucionario, socialista, antiimperialista y anticapitalista. Crítico. No dogmático. No sectario. Creo que el proceso revolucionario venezolano, con todas las fallas que tiene (por ello es necesario ser crítico para superarlas) es una alternativa real contra la pobreza, la injusticia, el individualismo hedonista y la exclusión social. Por ello lo acompaño, no desde ningún partido, sino desde el trabajo con las redes sociales, los círculos bolivarianos, las organizaciones cooperativas y cuanta organización social vinculada al proceso me lo solicite.
¡ah!, pero cuando me presionan demasiado y no me dejan espacios para la argumentación racional, sosegada, intelectual, ecuánime y académica, entonces tengo que expresar con toda la convicción del mundo ¡!!SI, SOY CHAVISTA Y QUÉ!!!.
cecilperez@ucla.edu.ve