“Convertir a Venezuela en un país potencia” es el tercer gran objetivo histórico, planteado por el Presidente Chávez. En nuestra opinión, la idea de mayor envergadura intelectual de su propuesta de Programa de Gobierno 2013 – 2019…
Chávez no utilizó el término “potencia ética”, pero pareciera estar implícito en sus palabras: “Cuando yo digo potencia no estoy pensando en una gran potencia como lo fue la Unión Sovietica, como lo ha sido Estados Unidos para el mal, o como lo es China la hermana y amiga y aliada República Popular China, Rusia... o Brasil que se está levantando como una potencia media de mucho peso en el mundo. Cuando digo potencia, país potencia, quiero que nosotros tengamos presente que Venezuela fue ya, en una época, una potencia, cómo si no fuimos potencia es que pudimos derrotar en este territorio a la potencia que fue España, el imperio español”.
¿A qué otro tipo de potencia pudiera estar refiriéndose Chávez, si no es parecida a ninguna potencia económica o militar conocida? Sus propias palabras nos dan la respuesta: “Una potencia capaz de desplegarse por este continente a llevar la libertad y a derrotar al imperio español hasta allá, hasta las cumbres de Ayacucho… el tercer gran objetivo histórico retoma la historia y apunta hacia el futuro”.
Un tipo de potencia como aquella que ya fuimos, cuando las ideas emancipadoras de Bolívar, Miranda y de otros recorrieron los campos de batalla de nuestra América, y los sembraron de sacrificio y dignidad. Recordemos entonces al gran escritor mexicano Octavio Paz: “La voluntad de futuro pone de pie a los muertos e impone un orden en sus obras. Así, al volver los ojos hacia nuestro pasado e interrogarnos sobre el sentido de esa masa de escombros, buscamos los signos del futuro. Aspiramos a comprender para fundar. Esta comprensión es, a su manera, poesía e invención”.
La historia es función del futuro que ansiamos construir. No, del pasado. Y esto no es ajeno a nuestra historia reciente: ¡Cómo se recuperó a la OPEP! ¡Cómo se derrotó al ALCA! ¡Cómo se construyó al ALBA, a UNASUR y a la CELAC! ¡Cómo se cambió el concepto de integración! ¡Cómo la democracia participativa y protagónica recorre AL! ¡Cómo resurgen las ideas del socialismo! “La semilla se calienta sordamente bajo la tierra” (Alfonso Reyes).