Derbez y la integración

En San Cristóbal de las Casas, Chiapas, al inaugurar un seminario sobre el tema de la integración, el ex - candidato a la Secretaría General de la OEA y sedicente jefe de la diplomacia mexicana, Luis Ernesto Derbez, ofreció el más claro discurso de su breve historia laboral en la diplomacia. Entre otras cosas dijo: a) todo intento de integración de los países de América debe pasar por los Estados Unidos; b) México no le ha dado la espalda a Latinoamérica y ha solicitado su ingreso a los mecanismos integradores en el MERCOSUR y la Comunidad Andina; c) han sido los países agrupados en dichos mecanismos los que han rechazado la participación de México y d) entre los Estados Unidos y México se vive una permanente luna de miel. Procedo a analizar tan brillantes aseveraciones:

a) En efecto, desde el siglo xix Washington ha jugado un papel determinante para el proyecto de integración. El proyecto anfictiónico bolivariano tuvo como antecedente la profética visión del prócer que advirtió que solamente con una Patria unificada de las naciones recién emancipadas del yugo español, sería factible neutralizar los afanes de dominio del incipiente coloso del norte, razón por la que la diplomacia de la Casa Blanca inauguró su, ahora tradicional, metodología de la corrupción de sus lacayos criollos. A cambio, hacia finales de ese siglo, los muy sagaces financieros de Nueva York, desde entonces dueños de los destinos de ese país, promovieron la integración monetaria hemisférica par hacerla depender del dólar, para lo cual desplegaron toda una maraña de intrigas diplomáticas sólo desmantelada por las preclaras voces de gentes que como José Martí, a la sazón luchador por la independencia de Cuba, supieron entrever en las entrañas del proyectado imperio los verdaderos intereses de su intención. Desde entonces y por todo el siglo xx las intervenciones de la diplomacia y el ejército yanquis sólo han servido para imponer sus intereses y los de sus empresas en absolutamente todos los países de América, frustrando proyectos nacionalistas, segregando territorios, imponiendo dictaduras afines, forzando endeudamientos, condicionando reestructuraciones de deudas, arrogándose como tutelares de los derechos humanos y de la bendita democracia electoral, entre tantas otras linduras. Por todo ello, el más importante de los motivos para una verdadera integración de las naciones de Latinoamérica y del Caribe es la emancipación del yugo anglosajón. Tiene razón Derbez.

b)También le asiste la razón cuando afirma que México no le dio la espalda a América Latina, solamente se adelantó para entregarse heroicamente a los Estados Unidos, para luego invitar al resto del continente a hacer lo propio, todo en aras del progreso y el bienestar de América (el único problema, en todo caso, es de nomenclaturas, para los gringos América termina en la frontera con México) por eso ha jugado un rol activo en la promoción del ALCA, para extender las bendiciones del TLCAN a todo el hemisferio, incluso ha solicitado infructuosamente su admisión el MERCOSUR y la CAN.

c) Es de entenderse la queja de Derbez en el sentido de que son los países de América Latina quienes han rechazado a México, malinterpretando sus intenciones y calificándolo como esquirol, cuando de lo que se trata es de invitarlos a la luna de miel continental.

d) Porque tiene razón Derbez, nuestra relación con los gringos es una permanente luna de miel como la más perfecta pareja sadomasoquista, ¡pégame más! reclaman Fox y Derbez; ¡te pego cuando, como y cuanto yo quiera! contestan Bush y la Condy; ¡lástima de la que se están perdiendo nuestros hermanos y todo por culpa del tal Fidel y el tal Chávez!.


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Gerardo Fernández


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