Cuán difícil le resultó a la mayoría de las delegaciones que asistieron a
los Juegos Olímpicos de Londres, poder ganar una medalla. De las 204
delegaciones de atletas que compitieron en la magna justa del deporte
mundial, apenas 83 de ellas, es decir, el 40%, lograron obtener al menos
una medalla olímpica y, tan sólo 54, pudieron bañarse con el oro. El
resto debió regresar a casa con las manos vacías, aunque, tal vez, con
la satisfacción espiritual de haber podido asistir.
Del total de las preseas en disputa, el 43% fue conquistado por el sexteto
conformado por Estados Unidos, China, Gran Bretaña, Rusia, Corea del Sur y
Alemania, en representación de la tríada América del Norte-Europa-Asia
Emergente. Por su parte, de la región de América Latina y el Caribe, entre
las 13 delegaciones exitosas conquistaron 72 medallas, equivalente al
7,5% del total, mientras que del continente africano, entre las 10
delegaciones que subieron al podio, sumaron 34 preseas, es decir, el 3,5%
del botín.
Al escudriñar el mapamundi olímpico destaca positivamente el desempeño de
las delegaciones de Kazajistán, Cuba, Jamaica y Corea del Norte, ubicadas
entre las posiciones 12 y 20 del ranking olímpico Londres 2012, mientras
que negativamente figuran países desarrollados como Suiza, Suecia,
Noruega, Bélgica y Portugal, los cuales quedaron relegados en la franja
que va de la posición 32 a la 69.
Ganar una medalla olímpica ha sido en verdad muy difícil, entre otras
razones porque, en muchas competencias o pruebas, la diferencia con los
tres primeros lugares pudo haber sido de metros, centímetros, segundos,
centésimas de segundo, escasos puntos o un gol. También se dio el caso de
atletas que se lesionaron en plena actuación, o fueron descalificados por
salidas en falso o por cualquier otra irregularidad. Algunos lloraron
desconsoladamente, otros no lo podían creer. Para algunos era su última
oportunidad, para otros aún hay la esperanza de otros juegos olímpicos.
Para la mayoría, queda el sueño de poder vivir alguna vez, u otra vez, tan
incomparable experiencia humana.
alportillo@ula.ve