Cuando se trata de temas petroleros ya los escuálidos no pueden recurrir a
la “opinión experta” de Luis Giusti. Está demasiado desprestigiado el
otrora ídolo escuálido, sobre todo después que fuera destituido como
presidente de la empresa petrolera colombiana Alange, por la manipulación
descarada de cifras de producción con el objeto de impactar el precio de
las acciones.
Ya desde 19997 veníamos denunciando a Giusti como un apátrida que a cambio
de jugosas comisiones entregaba la industria petrolera venezolana y sus
reservas hidrocarburíferas a las grandes potencias imperiales, pero no fue
sino hasta que en Canadá y Colombia quedó al descubierto como el truhán que
es, que los medios de comunicación de la oposición venezolana dejaron de
presentárnoslo como el genio petrolero que nunca fue.
Ahora cuando ocurre un accidente como el de la Refinería de Amuay y no es
recomendable poner a opinar a Luis Giusti, los medios de comunicación de la
derecha sacan debajo de la manga a otro “experto petrolero” para que, cual
zamuro, intente obtener algún beneficio político del accidente y de la
muerte de varios compatriotas.
Alberto Toro Hardy fue el seleccionado para que con sus poses mariconas y
su lenguaje refinado descargue todo el odio escuálido contra Chávez, el
Gobierno Bolivariano y la gerencia de PDVSA.
Pero ¿Quién es Toro Hardy? ¿Dónde se hizo experto petrolero? ¿En que
operación específica de la industria petrolera tiene experiencia? ¿Desde
cuando ha trabajado en el análisis e investigación de accidentes? ¿Ha
estado alguna vez en una refinería?
Para comenzar diremos que Alberto Toro Hardy es economista y no tiene
ningún otro título del cual pueda inferirse que conozca de operaciones
petroleras. De tener conocimientos, debe haberlos adquirido mediante la
experiencia laboral, pero veamos que de cierto hay en ello.
La primera relación que pudiéramos atribuirle a este sujeto con la
industria petrolera se fundamenta en la publicación de dos libros titulados
“Venezuela y el Petróleo del Islam” y “Oil, Venezuela and the Persian
Gulf". ¿Lo hace esto un experto petrolero y sobre todo un experto en
operaciones petroleras?
Una cosa es tener conocimientos de economía o política petrolera y otra muy
diferente es ser un experto en operaciones o en investigación de accidentes
en la industria petrolera. Hardy es un farsante que se presenta como
conocedor de un tema en el que es un perfecto ignorante.
Pero hay otro tipo de relación de Toro Hardy con el negocio petrolero. En
1975, el ex presidente Carlos Andrés Pérez (que no fue ningún chavista)
presenta al Congreso de la República una denuncia sobre irregularidades en
el otorgamiento de Contratos de Servicio a la empresa Occidental Petroleum
en el Sur del Lago de Maracaibo, durante el gobierno de Rafael Caldera y
con la complicidad de Alberto Toro Hardy, quien recibió como compensación,
algunas acciones de una empresa petrolera.
Hardy huyó del país y regresó sólo cuando su juicio por corrupción había
expirado (antes en Venezuela ese tipo de juicio expiraban a los pocos
años).
Pocos años después Rafael Caldera llega nuevamente al gobierno de la nación
(1994) y esto le permite a nuestro protagonista acceder a los negocios de
PDVSA.
En su condición de “experto” es llevado de la mano al directorio de PDVSA,
nada más y nada menos que al lado de Luis Giusti y su combo.
Es con la anuencia de este “experto” como se da la apertura petrolera; la
definición del crudo de la faja como bitumen en lugar de petróleo; la
eliminación de la regalía y la reducción del impuesto que se cobraba a las
empresas transnacionales por la explotación de nuestro petróleo de la faja;
los convenios operativos y el ataque de Venezuela a la OPEP con el objetivo
de derrumbar los precios del petróleo.
¡Toda una joya! Pero hay más.
¡Quién le otorga el título de “experto petrolero” a este sujeto, que si en
algo es verdad experto es en marramucias y corrupción? La respuesta es
sencilla… Los mismos de siempre.
Unos medios de comunicación que desechan la información oficial y técnica
para recurrir a “expertos” como aquellos que decían que el viaducto de la
carreta Carcas – La Guaira se caería con el primer vehículo que pasara
sobre él.
Alberto Toro Hardy se graduó de experto en Globovisión. Si, en el mismo
canal que ahora lo llama para que “ilustre a todos los venezolanos” con su
análisis sobre lo ocurrido en la Refinería de Amuay.
No hay que olvidar que ese canal es propiedad de dos prófugos de la
justicia venezolana (Guillermo Zuloaga y Nelson Merzerhane) y contó por
muchos años con la dirección de Alberto Federico Ravell, nada más y nada
menos que el ex director de medios de la campaña electoral de Carlos Andrés
Pérez y director de la Oficina Central de Información del gobierno más
represivo, criminal y corrupto de la cuarta república.
Hardy condujo durante varios años en Globovisión el programa "Análisis con
José Toro Hardy", programa que era retransmitido a toda Latinoamérica.
Adicionalmente este “experto” fue conductor del programa "Punto de vista"
en la emisora Unión Radio, cadena que junto a Globovisión representan la
punta de lanza de los ataques de la derecha contra la revolución
Bolivariana.
Ese sujeto que jamás ha pisado una refinería, que nada conoce de
operaciones ni de investigación de accidentes, que sólo tiene experiencia
como corrupto y apátrida es el “experto imparcial” que ha sido convocado
por la oposición para que emita su veredicto sobre el accidente ocurrido en
la refinería de Amuay.
arellanoa@pdvsa.com