Sobre Carora y el Congreso de Promotores/as del Poder Popular

Irene Platz
Con pocas palabras, nos regala una gran lección: siempre tenemos que
aprender, y cuesta, pero en nuestro caso social hoy, es toda una nación en
un proceso de aprendizaje que, si bien es voluntario, es también de
necesidad ineludible, o sea que, a fin de cuentas, es obligado..., si
queremos optar por lo que más nos conviene.

No se trata tan sólo de nuestra actitud de opción contraria a la excesiva
explotación mercantilista de un bien intelectual y favor del software, la
tecnología y el conocimiento libres - expresión sujeta, como todo, al ámbito
de la "relatividad -, sino de todo nuestro comportamiento social pasado,
vivido bajo normas, ya dictatoriales - sólo los/as mayores, ya democráticas
afines al Sistema Capitalista de vida, por cuanto a la sociedad en que
vivimos, la gran mayoría hemos optado por enrumbarla hacia otros valores que
implican otro orden social: el Socialismo, si bien también democrático, pero
"participativo" y "protagónico", en sustitución de la periclitada
"democracia" que estamos dejando atrás, "representativa", en la que los
"protagonistas" eran los que se decían "representantes".

La aceptación política de nuestro actual Gobierno - me dicen amigos
sociólogos dedicados a estudiar el asunto -, ha crecido desde que éste,
interpretando correctamente el sentir popular dominante, ha decidido que la
filosofía ideológica de nuestro "Proceso" es el Socialismo, aun cuando,
"Socialismo del Siglo XXI", cuyo marco socio-político y económico tendremos
que definir sin demora - mientras trabajamos -, desde abajo y en todas
direcciones, para todas las latitudes, las mayorías que hemos optado por tal
opción aspírando a que tal difícil contrucción no les sea excesivamente
incómoda a las minorías que, por distintas razones, temporalmente opten por
quedarse atrás... El nuevo Proceso que tenemos por delante - y que
deberemos iniciar definiéndolo - debe aspirar a que, gradualmente, los/as
ciudadanos/as hoy indecisos/as, gradualmente vayan viendo en él aspectos
superiores de convivencia, orden, valores morales y éticos, probidad,
oportunidad, conveniencia, etc., y que, mediante inclusión gradual y
voluntaria, lo vayan haciendo más universal (generalmente aceptado), a la
vez que enriqueciéndolo... Y así gradualmente hasta que su aceptación,
disfrute y construcción sea practicamente general en todos los estratos de
la sociedad (y que tales estratos hayan sido llevados a su mínima expresión
posible).

Para que tal desarrollo de nuestra Historia del Futuro sea realizable (y en
el proceso podamos ofrendarlo a otras sociedades y a la humanidad), será
primordialmente necesario que comprendamos la necesidad de "predicar con el
ejemplo" - suma didáctica -, a la vez que aprendamos - o reaprendamos - el
valor de "los valores" más sencillos, aquellos que crecen y se multiplican
cuando son compartidos: amor, amistad, humildad, sencillez, fraternidad,
responsabilidad, honradez...

Si bien los pasos iniciales de lo que nos estamos proponiendo han de ser
dados por quienes compartimos lo que llamamos "sensibilidad de izquierda"
(que nos proponemos hacer crecer hacia la Sociedad toda), en tal mayoritario
conglomerado de ciudadanos/as coexisten un nutrido cúmulo de persuasiones
filosóficas e ideológicas valiosas e individualmente dignas de todo respeto
de las que - de todas - deberán provenir los bloques filosóficos con que
construyamos la estructura intelectual que la sostendrá ideológicamente: El
Socialismo del Siglo XXI. Las aportaciones han de ser guiadas por el
espíritu de la generosidad y el altruismo, de manera que el resultado sea la
obra del trabajo ecuménico de todas las persuasiones fundamentales del
humanismo político. Tan - o más - válido es el consejo para los/as
practicantes de las distintas y numerosas persuasiones religiosas - ojalá
puedan aceptar el consejo de un "Panteista" - las que durante los últimos
tiempos, en loable convergencia con los valores socialistas fundamentales,
han venido mostrando una saludable actividad militante en defensa de los más
necesitados... con una triste salvedad que, ojalá, la sabiduría temporal y
la luz del espíritu que les guía logren solventar. (Un pensamiento aquí
para la santa generosidad de nuestro sufrido Hermano Ginés - "Ad Deum per
Naturam", hermano y - no lo olvidamos: "Labor omnia vincit" -).

El Socialismo del Siglo XXI no existe; existen las ideas y sentimientos
esenciales con que construirlo y... existen también los registros históricos
de lo que "NO debe ser"... Tendremos que construirlo mientras avanzamos...,
eso sí, sin retroceso posible...(Gradualidad sí..., pero sin retrocesión.
No creo que quepa aquí la menor concesión ni duda). Entre otras cosas
(muchas), pensamientos, ideas, experiencias, etc., necesarias para la
construcción que emprendemos será bueno tener en cuenta también el
pensamiento-consejo que el gran Federico Mayor-Zaragoza puso en el portal de
la UNESCO: "Aprendez a atreveros"... sin olvidar el anterior también
necesario: "Atreveros a aprender".

En lo personal - ya lo he expresado en una tesina que circula en ciertas
redes digitales - vislumbro el Socialismo del Siglo XXI como la "Sociedad
Abierta Solidaria", una propuesta eminentemente autogestionaria (Autogestión
Integral de la Sociedad) de construcción gradual e inclusión voluntaria en
la medida que sus valores superiores vayan siendo reconocidos y asumidos (en
forma espiral y centrífuga) por todos los sectores y estratos de la Sociedad
actual, ya mayoritariamente persuadida de su pertinencia. (Tengo en mente a
nuestra sociedad, la sociedad venezolana concreta de hoy y aquí). Para que
tal visión sea realizable, es necesario que la administración del Estado -
de existencia temporal, de realizarse mi visión plenamente un día - esté en
manos de personas persuadidas de su posibilidad y deseabilidad como, por
buena fortuna, es nuestro caso hoy y aquí...

(Se trata de un proceso de aprendizaje y cultura que deberá producir el
"Nuevo ser Humano" que preconizaban mi amigo Juan Manuel
Castañon -"Moletú-Bolevá"- y su amigo... El Ché - y con él, la "Nueva
Jerusalén" de que nos habló Don Juan Larrea... Construcción inacabada que
heredamos de él y tantos otros mártires de la "idea", la gran mayoría de
quienes, quedaron allá sembrados... pero, como Machado, Gracía-Lorca, etc.,
nos legaron su inmortal "verbo", el mismo que brotaría de los enormes Luís
Buñuel y León Felipe para decirnos: "América es la España que no pudo
ser"..., si bien - tengámoslo muy en cuenta -, César Vallejo nos recordará
siempre: "España, aparta de mi ese cáliz"...

(La esencia de tales ideas, está también contenida en el "Federalismo
Integral", guión-ideario post-anarquista basado en cinco sencillos pilares:
Libertad, Responsabilidad, Solidaridad, Subsidiaridad y Mínimo Social
garantizado. Tal ideario es obra fundamental de Denis De Rougemont y un
preclaro equipo de pensadores de distintos orígenes ideológicos, el
Socialismo Utópico incluido).

Llevamos casi un siglo de atraso y el "Atila" de hoy, el Imperio, es más
voraz y beatamente sanguinario que lo que ningún otro nunca fue. Poco
importa, su apocalípsis (Larrea) será la némesis que el sabio azar le regale
a la historia de la redención que tanto tardó..., pero está llegando.
Previsiblemente, a medida que la realización de nuestra visión avanza - por
obra del principio que los sociólogos y los politólogos llaman de
"irradiación", es de esperar que nuestro "modelo" de Socialismo se vaya
filtrando a nuestros vecinos continentales y marítimos (Caribe), a
NuestrAmérica, de modo que, contemporáneamente vayamos avanzando hacia la Gran Confederación NuestrAmericana...

Esto había de ser una pequeña respuesta a un mail preguntando por Carora...
¿O era otra la pregunta?


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Paulino Nuñez


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